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Escribir es llorar

Domingo, 26 de febrero 2023, 01:00

Fue Larra el que dijo aquello de que «escribir en Madrid es llorar». Desde entonces, desde aquel año de 1837, unas semanas antes de suicidarse en aquel Madrid central de Villa y Corte, muchos historiadores, literatos, analistas e investigadores, han querido matizar la interpretación de ... aquellas palabras. Escribir es llorar y las lágrimas son de dolor, o no, o no tanto, o no siempre; lágrimas como frutos de la creación o el pensamiento, o ambos, lágrimas de emoción por errores propios, ajenos o patrios, lágrimas cómicas al ver la risa pasar... La lágrima muchas veces también se asoma y fluye ante la esterilidad del intento de transmisión del mejor razonamiento, de la falta de respuesta ante la clara y más inapelable reflexión, en fin, es el gesto de la frustración por no encontrar en el receptor el más mínimo cambio de rictus cuando la ineptitud se apoderó del departamento o del ministerio y su demostración y prueba de nada sirven.

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