Secciones
Servicios
Destacamos
Para anunciar que dejaba la política, medio minuto antes de que la política le dejara a él, Errejón colgó una carta, ahora que vuelven a ponerse tan de moda, en X (antes Twitter) y así de paso evitaba enfrentarse a periodistas y preguntas. Leyéndola y ... sin contexto no se entera una de nada. O mucho me falla la comprensión o da la sensación de que se presenta como si la víctima fuera él. Viene a decir que el ritmo de «la vida en la primera línea política le ha desgastado su salud física, mental y emocional» y que eso le ha generado «una subjetividad tóxica que, en el caso de los hombres, el patriarcado multiplica»... Menos mal que añade algo en lo que sí le doy toda la razón: «He llegado al límite de la contradicción entre el personaje y la persona». Se va diciendo que espera «contribuir así a la renovación generacional» (como si esto tuviera algo que ver con un problema de generaciones« y se despide con un »abrazo fraternal« (tal y como están las cosas conviene aclararlo).
Errejón confunde pedir perdón con justificarse y poner excusas. Del arrepentimiento y el propósito de enmienda ya ni hablamos .
Le ha faltado tiempo a su examigo y excompañero en el asalto de los cielos Pablo Iglesias para asegurar que «de esto se hablaba desde hace un año»... Pues si lo tenía claro no sé por qué estaba calladito. Si hay más secretos a voces, que salgan ya, por favor... Y aquellos a los que el feminismo les importa una ñora pero han empezado a pedir cabezas políticas, que se serenen un poquito si ni les va ni les viene el tema.
Por alguien aún tiene dudas de que el machismo y el patriarcado son algo transversal ésta es la prueba de que el movimiento 'Me too', por desgracia, sigue siendo necesario. Las redes sociales tienen cosas negativas, pero sin ellas estos casos, probablemente, nunca habrían salido a la luz.
No puedo decir que me sorprenda tanto, porque (spoiler) alguien puede defender el feminismo y posicionarse en la izquierda y comportarte como un auténtico cerdo, pero sí que me decepciona y me asquea partes iguales. Mi apoyo y mi respeto a las mujeres que se arriesgan a denunciar, porque hay que ser muy valiente para atreverse a contarlo públicamente, con nombre y apellidos. Es algo que penaliza al (presunto) agresor, pero también a la víctima, que si no denuncia lo lleva sobre su conciencia como si fuera responsabilidad suya y si lo hace se queda señalada, y eso sí que es profundamente injusto.
Pues esto también nos carga de razones para seguir.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.