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Ione Belarra, Yolanda Díaz e Irene Montero en un acto de 2022. e. p.
El enésimo travestismo de la izquierda
REPASO SEMANAL

El enésimo travestismo de la izquierda

Javier Recio

Málaga

Domingo, 16 de abril 2023, 02:00

Mucho se está hablando de Sumar, la plataforma política de la vicepresidenta Yolanda Díaz, y la disputa que mantiene con Unidas Podemos, bueno más bien con Podemos, porque la parte de Unidas ya forma parte del proyecto de la gallega. Es curioso que se quiera ... presentar esta iniciativa como la gran solución de los partidos que están a la izquierda del PSOE, cuando en realidad es más de lo mismo. Si se reflexiona un poco sobre este espectro político, Izquierda Unida ya nació con ese afán, ser la fuerza que aglutine la margen izquierda del PSOE, siendo el PCE el corazón que movía aquel movimiento. Lo cierto es que los comunistas siguen teniendo un papel fundamental, de hecho Díaz es militante de este partido, más que nada porque tienen una implantación territorial a lo largo del país muy asentada. Podemos recogió el testigo de Izquierda Unida como refugio de todos los movimientos de izquierda que se movilizaron con motivo del 15M con Pablo Iglesias a la cabeza. La fórmula dio resultado porque se multiplicaron los apoyos electorales e incluso han llegado al Gobierno de la nación por primera vez desde la restauración democrática. Sin duda, fue todo un éxito. Pero al final, como suele pasar en todos los partidos, los personalismos provocan un riesgo de escisión importante. Los morados de Podemos, con Ione Belarra a la cabeza, no están dispuestos a tragar con el liderazgo autodactilar de Yolanda Díaz, que no quiere someterse a unas primarias como las quiere plantear Podemos, que saben que su importante número de militantes podría inclinar la balanza del liderato en favor de Irene Montero o la propia Belarra, ambas ministras también, en detrimento de Yolanda Díaz, que mantiene una luna de miel con los socialistas. Desde el PSOE están encantado con Sumar, porque cree que la sonrisa dulce de la izquierda, Yolanda Díaz, puede sacar de la abstención a miles de simpatizantes de izquierda a los que no les gusta ni el PSOE ni Podemos. Esa nueva marca se quiere travestir de una pátina de moderación que difícilmente puede engañar a nadie, porque básicamente son los mismos de siempre que quieren parecer nuevos en esto de la política. No basta con un cambio de marca. Ahí está ya Garzón, líder de Izquierda Unida, bendiciendo el nuevo invento. Todo sea por el puesto, que no deja de ser una aspiración legítima, porque el objetivo de cualquier partido no debe ser otro que alcanzar el poder. Por eso hay que ver este teatrillo de diferencias con perspectiva, pues al final lo lógico es que todos vayan unidos cara a las próximas elecciones generales, pues de lo contrario saldrán perdiendo Sumar y Podemos. El ejemplo lo tenemos en Málaga, donde parecía que los morados iban a ir por su lado e Izquierda Unida por el suyo. Todo parecía roto por los personalismos. Nico Sguiglia no traga a Remedios Ramos, de hecho casi no tienen relación dentro del grupo municipal del que forman parte. En favor de Ramos hay que apuntar que ella ganó las primarias en Izquierda Unida, al igual que sucedió con Sguiglia, que se impuso en las de Podemos. Los morados cedían desde el primer momento el primer puesto a IU, sabedores del tirón histórico que tiene esta coalición en la capital, pero vetaban como número uno a Ramos. De ahí que la asamblea local de IU se negase al planteamiento de Podemos. Sin embargo, a la hora de la verdad, han sido los despachos los que han decidido quién va a encabezar la lista de la confluencia de izquierda en Málaga. Se ha optado por la tercera vía que representa Toni Morillas, actual directora del Instituto de las Mujeres a nivel nacional. Remedios Ramos ha ejercido el derecho al pataleo y de hecho no acudió a la presentación de la candidatura que encabeza Morillas, que para nada pensaba volver a la política municipal. Si lo hubiera pensado se hubiera presentado a las primarias. Y no lo hizo. . Tiene razón la actual portavoz municipal porque se ha borrado de un plumazo uno de los principios más importantes que tiene la izquierda, que no es otro que el de la participación y el de la elección de las bases de sus cabezas de cartel. Vamos, que ha pasado lo de siempre a la hora de la verdad cuando se confeccionan las listas. Eso no hay movimiento que lo cambie por mucho travestismo que practiquen.

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