Encuentros en la primera fase

Hace unos días un barco de guerra iraní disparó contra otro barco de guerra iraní y mató a 19 marineros. Es como lo del tiro en el pie del sobrino del rey pero a lo bestia. Los problemas de no respetar las distancias. Le ha pasado a Pedro Sánchez al negociar a escondidas con Bildu mientras negociaba con PNV y con Ciudadanos, cuya líder acaba de dar a luz un Álex al que guarde Dios. La distancia es la clave y la CEOE se distancia del gobierno por derogar la reforma laboral, que no sabemos si ha derogado, o si ha derogado un poco, mientras los sindicatos se han enterado por la prensa, que sigue siendo necesaria. En nuestras playas la distancia entre bañistas será vigilada por drones que son un poco más grandes que las abejas asesinas, que finalmente no han llegado. En Wuhan han prohibido el consumo de animales salvajes y a quien le apetezca un guiso de rata de bambú, una de las especies más solicitadas, tendrá que conformarse con un rollito de primavera. Otros salvajes nos vendían material sanitario en malas condiciones o a precios desorbitados, pero esos pájaros no tienen nacionalidad. El gobierno español y el andaluz hicieron millonaria el mes pasado a una abogada afincada en Málaga que ejercía labores de intermediación. Regenta una empresa sin un solo empleado, cuyas juntas serán comodísimas, sobre todo las de reparto de beneficio. La presidenta de Bolivia, Jeanine Sánchez, también abogada y presentadora de televisión, ha cortado a Navajas, el ministro de Salud, por una compra de material sanitario a una empresa catalana en un negocio en el que la intermediaria ha sido una empresa vasca. El precio había sido inflado volviéndose a saltar la distancia ética. A río revuelto que le den a todo el mundo. El ministro Navajas ha sido cesado, y esos empresarios van a pasar un buen fin de semana.

En Málaga andábamos ayer pendientes del cambio de fase y Pedregalejo se nos estaba yendo de las manos. La manifestación de protesta contra el Gobierno llenó de inseguridad calle Larios. Pero en general lo estábamos haciendo bien. Madrid y Barcelona pasaron por fin de fase y ya están en la 1. Nos tomamos esto como una competición pero los aviones cargados de turistas no llegarán hasta julio, dice una ministra. No sabemos qué es bueno y qué no, pero deberíamos andar de acuerdo con Alemania, Francia e Italia, juntos pero no revueltos. Todo esto parece ciencia ficción, pero la situación de nuestros mayores en las residencias es la distopía más triste que podíamos haber imaginado. Al final continuamos con los encuentros en la primera fase, en la que sólo llevábamos cuatro días y nos dieron dos semanas. Piano piano, que dicen los italianos; aunque otros no dicen ni pío.