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El 'manual de resistencia' personalísimo de Sánchez no es el libro más leído en ninguna parte, en vez de lectores tiene víctimas y sufrientes. Nadie ... lo tomó muy en serio, pero las particulares elucubraciones en el diván dieron paso a la tarea de un propio para poner negro sobre blanco las líneas más artificiales de pensamiento tópico y vacuo. Dicen que la abstracción ante las circunstancias -además- sirve para que el abstraído siga a lo suyo como si no fuera con él, ya saben, no mirar, no ver ni oír... Una burbuja autopercibida y casi eficaz. En esta entrega permanente de las columnas del estado y parte importante de la dignidad de la nación como pago de los servicios de apoyo parlamentario, político e institucional a precio de oro, la pretendida 'delegación' de la competencia de fronteras estrena cartel. Al tropel de artículos, informes y opiniones técnico-jurídicas, más que versadas, en contra de delegar una competencia exclusiva del estado, ni siquiera puede sumarse la retahíla de declaraciones desde Sánchez a los ministros también en contra de ello días antes. No puede sumarse porque «de lo dicho, nada», han cambiado de «opinión». No importan el rechazo experto, ni la ley y la Constitución bien entendidas, no. No importa, cambiamos el relato y seguimos. Pero claro, si los socios no votan a favor es otra cosa y, en este caso, Podemos y ERC no parecen estar a favor del contenido de esta nueva treta saltimbanqui, de momento. Gran complicación para las dañinas y desahogadas relaciones de Sánchez y Puigdemont.
De otra parte, los planes de la UE de elevar significativamente el gasto militar traen a Sánchez «por la calle de la amargura...». Ya que para dar el paso requerido en la cumbre de Londres y no aceptarse la propuesta acostumbrada de Sánchez de sindicar más deuda, todo pasa por aprobar unos presupuestos generales en España que contengan las pertinentes partidas. El problema está en que no parece que el aumento del gasto militar vaya a tener el apoyo de los socios sanchistas y sin ellos tampoco pueden aprobarse los citados presupuestos. Querer seguir gobernando habiendo perdido las elecciones tiene estos inconvenientes y parece que su deriva es creciente. La pregunta está en cómo cumplir con las exigencias de nuestros socios europeos desde un gobierno minoritario, ¿cómo continuar con un presidente que no cuenta con una coalición fiable a pesar de su transformación permanente de posturas, ideas y principios?
En Moncloa no se dice, pero es sabido que Shotlz en Alemania convocó elecciones para una similar situación y es lo pertinente en una democracia parlamentaria, devolver la palabra al pueblo cuando los hechos demuestran que no se puede seguir...
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