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Un sabio de cuyo nombre no logro acordarme me hizo una reflexión que se me ha quedado grabada y que he repetido en multitud de ... ocasiones, sobre todo con amigos de fuera. Andalucía es uno de los pocos lugares en el mundo, por miedo a decir el único sin haberlo contrastado debidamente, donde en un día del mes de marzo o abril puedes ir a esquiar por la mañana, y darte un baño en la playa por la tarde.
De una forma muy simple pero ilustrativa, que obvia los elementos más importantes de la ecuación, esta máxima, que no es ninguna exageración, resume los vínculos ancestrales entre Málaga y Granada, que son dos provincias hermanas a las que nadie ha dado todavía el lugar que les corresponde como eje clave en las relaciones políticas y económicas de la Comunidad. El cariño mutuo de sus habitantes es la base de la potencia que ambas unidas pueden llegar a tener, si les dejan. Ayer mismo, Día de Andalucía, Granada era un hervidero de malagueños, a tenor del tráfico en las carreteras (tanto en la ruta por Antequera como por la costa) y quiero creer que fue muy similar en el sentido inverso. Y eso por no hablar de los jóvenes de Málaga que estudian en la universidad de Granada; ni de los miles de granadinos que se ganan la vida en el PTA y en el sector turístico e inmobiliario de esta parte.
A nivel cultural, no es ninguna exageración decir que la Alhambra es el principal monumento para los turistas que visitan la Costa del Sol, que es casi como decir Andalucía, porque el aeropuerto y el litoral malagueño tiene más visitantes que todo el resto de provincias juntas, multiplicado varias veces. Y ambas son también complementarias en cuestiones de salud, judiciales y de otros ámbitos.
Dicho esto, rechina que dos urbes con tanto en común estén tan mal comunicadas entre sí por tren. Es verdad que por carretera hay muchas frecuencias de autobuses, que son rápidos y baratos, y por supuesto en coche no hay problema para ir y venir; pero a estas alturas, ya deberíamos tener todos bastante claro que el futuro de la movilidad de media distancia será ferroviaria, y por eso no se entiende que se le dé tan poca importancia a esta conexión.
El presidente de la Junta, el malagueño Juanma Moreno, ha sacado del cajón de los proyectos olvidados la línea directa con Sevilla. Pero si las obras públicas se rigieran sólo por criterios técnicos, o si le diéramos la opción de hacerlo al capital privado, la inversión realmente útil para los ciudadanos sería acercar tanto Málaga y Granada que, vistas desde fuera, pudieran parecer una sola ciudad.
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