Dorian Gray
A la última ·
Los ligones de 'Fist Dates' no solo abren la boca para comer -y en ocasiones también para hablar comiendo- sino que ofrecen un variado abanico de las costumbres de la humanidadA la última ·
Los ligones de 'Fist Dates' no solo abren la boca para comer -y en ocasiones también para hablar comiendo- sino que ofrecen un variado abanico de las costumbres de la humanidadLa gente ve 'First Dates' para pasárselo bien, como si estuviera visitando un zoológico humano, que es algo mucho más entretenido que un zoológico de verdad. Los hipopótamos son graciosos, no digo que no, pero una vez que abren la bocota y enseñan esos dientes ... de viejo, ya lo has visto todo. En cambio, los ligones de 'Fist Dates' no solo abren la boca para comer -y en ocasiones también para hablar comiendo- sino que ofrecen un variado abanico de las costumbres de la humanidad, al menos del mundo gay y del sector del estilismo y peluquería, que son los gremios más felizmente representados en el programa. Sin embargo, yo lo veo con un desasosiego creciente. He descubierto que a mí 'First Dates' me sirve, sobre todo, de cuadrito de Dorian Gray metido en el desván. De pronto aparece un tipo gordo, calvo y desvencijado, con muy mala pinta, y un letrero rojo anuncia que se llama Felipe y tiene mi edad. En ese momento pego un respingo y pregunto inmediatamente en voz alta: «¿Pero yo estoy así?». A veces me dicen que no, pero lo hacen de una manera dubitante, resbaladiza, poco tranquilizadora.
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Estos choques resultan devastadores para mí, que sigo considerándome un pipiolo. Si en algo agradezco la llegada de Feijóo es porque, durante un buen tiempo, todos los líderes políticos nacionales eran más jóvenes que yo, lo que me generaba una amarga sensación de senectud. Ahora estoy empezando a entrevistar a gente nacida a finales de los noventa, y eso ya me parece la gota que colma el vaso. Me dirán ustedes que la vida tiene estas cosas y quizá tengan razón, pero he tomado una decisión inapelable: en cuanto elijan a un papa más joven que yo, pido la eutanasia. Por ahí no puedo pasar.
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