A las puertas -o quizá ya en el mismo umbral- de una nueva crisis económica, un gobierno realmente desnortado sigue en pos del estrellato para su titular, Pedro Sánchez. Aunque no cabe duda de que hay más figuras sonadas, la de esta semana es Irene ... Montero por su extraña declaración acerca de la sexualidad de los niños y su lío dialéctico con el consentimiento de los mismos. Hay quienes piensan que no se trata de un embrollo verbal, sino que la Montero dijo lo que quería... No se sabe, porque su posición orgullosa -o soberbia- no le ha permitido aclarar qué quiso decir, ni tampoco pedir disculpas. Realmente, si lo pensamos bien, todo esto es esclarecedor. No tanto porque podamos entender a la ministra de Igualdad -que no-, como porque así se puede comprobar que quienes dirigen no saben dirigir nada, ya sea por su incapacidad dialéctica o por su bajo nivel ético general. Es muy probable que en próximas citas electorales vaya disminuyendo la abstención, pues votar contra tanta metedura de pata puede ser más deseable que nunca.
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Otras estrellas gubernamentales son Nadia Calviño y Yolanda Díaz, la una por su crónico, falaz e invariable anuncio de bondad económica y crecimiento, en todo caso y pase lo que pase. La otra, reina de la escucha futura y jefa de la plataforma que, de momento, nunca existió, sigue desgranando peroratas pretendidamente didácticas sin preparar y cuyo asunto de fondo, sea el que sea, sigue mostrando desconocer por completo. En realidad, lo que ocurre respectivamente es que Calviño miente y que Díaz y su vicepresidencia están mucho más allá del límite de su competencia. Naturalmente, si a esto añadimos cualquiera de los sucedidos con Pedro Sánchez en la precedente semana, estaremos al completo.
Dicen que se llamará «las cuatro estaciones» y será una película protagonizada por un Sánchez harto de maquillaje y a lo galán, exhibiendo el día a día de «un presidente democrático del siglo XXI...» Dicen -también- que se han librado 20 millones para sufragar este producto cinematográfico, puede que sea cierto o no, o puede que ninguna de las dos cosas... En cualquier caso, este filme, reportaje o documental - 'Sánchez, ese hombre'-, no es otra cosa que autobombo, pequeño monumento a la vanidad y pura ceguera. Conductas como ésta no tienen referencia alguna en las democracias europeas occidentales. En todo caso, sí que ocurren hechos similares en otras latitudes con gobiernos populista-dictatoriales, ésos que acaban nombrando vicepresidentes a sus cónyuges u otros excesos, que se producen cuando el cotidiano y desproporcionado halago y la distancia con la realidad de la calle se disparan sin remedio. Una foto con Bill Gates de 130 millones de dólares y una promesa de donación de otros 100 a fundaciones feministas internacionales ponen el broche definitivo al conjunto de hechos recientes. Los impuestos sufragan el estado del bienestar, el queroseno del falcon, algunos veraneos, muchos boatos y las donaciones inexplicables... El día que se acabe, van a ser muchos los que celebren el fin de esta legislatura.
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