El día de Venezuela

Se trata de Maduro o democracia, dictadura o libertad, imposición o razón, pobreza o trabajo y prosperidad. La lucha de la verdad contra la mentira, el pueblo o el aparato despótico de la tiranía. Venezuela no puede esperar, hay más de siete millones de venezolanos fuera de su país clamando por la estabilidad, la democracia y la justicia. Dicen que ZP es observador en las elecciones representando al Grupo de Puebla, ese ensayo conspirador que busca imponer a la izquierda en toda Hispanoamérica, pero hasta Lula y Petro han dado la espalda a Maduro. ¿Qué puede pasar...? ¿O qué no?

Atrás ha quedado que Venezuela es uno de los países más ricos del mundo, con petróleo, oro y piedras preciosas y recursos naturales inmensos y minas de manganeso, aluminio, níquel, cobre, titanio, plomo, asbesto, cianita, talco, etc. Atrás en el tiempo quedan la igualdad y la soberanía del pueblo, no hay bandera que pueda justificar tanta desolación, abuso e imposición. Maduro hoy perderá o tapará su derrota con ardides y violencia -ha hablado ya varias veces de un posible baño de sangre ante su derrota- o dispondrá un pucherazo de proporciones inimaginables. Si hay o hubiese algo que pueda detenerlo, descartadas la dignidad, el honor o la limpieza del proceso, el régimen habrá de dar paso a los ganadores y Edmundo González será el presidente electo. Aún ello, si ocurriese o se permite que ocurra, Nicolás Maduro aún será presidente hasta el 10 de enero y la Asamblea Nacional seguirá por un tiempo siendo de mayoría chavista. En esa hipótesis, la cohabitación sería difícil, pero no imposible, sobre todo por la voluntad decidida del pueblo. Hoy es el día de Venezuela, a Maduro, Diosdado y Zapatero les toca perder, si cambian el designio popular serán responsables ante la historia y la humanidad.