Han detenido a un hombre grande

En Torrox han detenido a un hombre que mide dos metros. La razón de su detención no es la altura, claro, sino la distancia, pues resulta que no era lituano sino letón. Llegó con 31 años, hace 22, y ha comprado varias residencias y varios automóviles desde entonces. El caso es que lo hacía como si fuera un lituano de dos metros siendo en realidad un letón de dos metros. En nuestra costa vive el gran Sabonis, padre del pequeño gran Sabonis, que es lituano y mide dos metros y veintiún centímetros. Cuando en los países bálticos empieza a nevar la gente se entera enseguida. El hijo de Sabonis se ha criado en Málaga, es más bajo y se ha formado en la cantera de Unicaja: sólo mide dos metros once. La altura media del hombre español es de 174 centímetros, así que cabemos en casi todos los sitios. Las mujeres miden 163, que es prácticamente la media de las mujeres de los países de la OCDE. Los más altos del mundo son los holandeses, y después los letones, así que un holandés bajito puede en realidad ser considerado un español alto. El lituano de Torrox ha reconocido ser letón. Me habría encantado verlo comer migas en ese bonito pueblo de la Axarquía, dicho con todos mis respetos pues qué miedo un señor tan grande si se enfadase. Comentaba las compras de residencia para indicar que los papeles falsos han sido tomados por verdaderos en numerosas ocasiones. No sé si esto pudiera ser motivo para solicitar la nacionalidad vecina, pues ambos países, Letonia y Lituania, comparten frontera y una historia trágica en la que durante pocos años se ha podido ser lituano, o letón.

A lo mejor se preguntan, como yo, a qué viene esta historia. Es porque pretendía hablar de esa gente bajita, los niños, que a partir de mañana llenarán las calles. Quería reflexionar sobre un tema de actualidad pero la altura de miras me ha vuelto a fallar. La actualidad, de todas formas, está sobreactualizada, así que déjenme con mi gigante, por favor, descubierto en la parte inferior de una página par del periódico. El hombre justifica su cambio de nacionalidad en que antes de venir cometió unos cuantos delitos, los cuales quiere reflejar no en un libro sino en tres, que ya tiene escritos aunque no publicados. Publicar en serio es complicado. Los delitos seguramente han prescrito y a lo mejor hasta escribe bien. En sus 31 años de residencia en Letonia fue detenido en 30 ocasiones. Y sus iniciales son A. K. No me digan que no se merece una columna.