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De forma mayoritaria las familias cuidan, educan y forman a sus hijos lo mejor que saben y pueden en un ambiente de cariño y amor. De esta forma se crea un vínculo que va mucho más allá de la pura biología o la genética, poniéndose ... especial acento en la inmediata consecuencia de seguridad y autoestima de los vástagos. Durante la infancia, entre la identificación con los progenitores y la idealización de los mismos, la prole encuentra su zona de confort en la propia vinculación a sus padres y su infinita confianza en el criterio de los mismos. Pero, una vez llegada la adolescencia, los jóvenes invariablemente experimentan una naciente dosis de rebeldía, así como una inflamación de confianza y desparpajo. Es el inicio de la senda de creación de la propia opinión, el adolescente ya cree ser voz autorizada incluso más allá de sus conocimientos. Socialmente, en esta fase, se considera que en poco tiempo se habrán convertido en adultos jóvenes, aún con cierto grado de inmadurez. En pocos años todo se va templando hasta llegar –con las características individuales de cada cual– a un estado de adultos capaces y suficientemente formados. Toda generalización contiene altibajos y no adapta su dictado a todos y cada uno de los individuos, porque cada quien es cada cual, pero sí que nos da una idea en perspectiva de aquello que se quiere analizar. De hecho, siempre hay personas de increíble precocidad en su desarrollo, como también se dan aquellos que llamamos «niños grandes» por sus actitudes y comportamientos realmente pueriles, aún pasados los años. De acuerdo con la clasificación de las fases de educación, conocimientos y sensatez, un poco más allá de la mayoría de edad, nuestros jóvenes se hacen dignos de acceder a importantes responsabilidades. En muchos casos personas realmente noveles acceden a puestos y cargos de los que dependerán muchas otras personas y, en general, con un desempeño y ejecutoria más que óptimos. Y es que los especializados selectores de personal conocen bien su trabajo y saben elegir y recomendar a los más adecuados, nunca señalan ni aprueban proponer a los aún adolescentes por edad o actitud, ya que su actitud y seguridad no están acordes con sus grados de madurez y conocimientos.

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