![Descentralizar la ciudad](https://s1.ppllstatics.com/diariosur/www/multimedia/202301/15/media/cortadas/web_Sur_1enero-15-kSHC-U190265399012pKB-1248x770@Diario%20Sur.jpg)
![Descentralizar la ciudad](https://s1.ppllstatics.com/diariosur/www/multimedia/202301/15/media/cortadas/web_Sur_1enero-15-kSHC-U190265399012pKB-1248x770@Diario%20Sur.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
En Navidad no cabía un alfiler en Málaga. El ambiente fue extraordinario, desde primera hora de la mañana hasta la madrugada. Y no fue resultado sólo del alumbrado de calle Larios: el buen tiempo, una robusta oferta de ocio y restauración y las ganas de ... salir y reunirse, aún bajo el eco de una pandemia que nos enseñó el valor de lo importante, el privilegio de juntarse y abrazarse y tomar algo, refuerzan el estado de gracia que atraviesa la ciudad. Mucha gente ha elegido Málaga como destino para sus vacaciones. Y eso es una buena noticia, pese a los anuncios apocalípticos de los agoreros.
Pero no hay que caer en la complacencia, que suele ser terreno resbaladizo. El llenazo ha resultado a veces incómodo, con independencia de que tengamos el umbral de esa incomodidad más o menos elevado. No hay que engañarse: hay quienes disfrutan entre la multitud y quienes preferirían vivir en una burbuja, aislados del resto del mundo. Pero la mayoría quisiera una ciudad con vida, lejos del silencio y la oscuridad, pero por la que poder pasear con normalidad, encontrar mesa y evitar agobios. Y hay que reconocer que uno de los temas de conversación más recurrentes era que hasta resultaba difícil andar. Había mucha, mucha gente. Sería interesante admitir que el centro, tal y como está concebido hoy, no da mucho más de sí y que habría que ir planteándose estrategias para que no llegue a colapsarse.
Y que no se interpreten estas palabras como un lamento, porque entiendo que hay muchas más cosas positivas que negativas en el ambientazo del centro de Málaga. Negocio para los comercios, para la hostelería, para los apartamentos turísticos y para los hoteles, lo que significa dinamismo económico y diversión para los malagueños y turistas. Pero hay que repensar el ocio en la ciudad y, sobre todo, la estructura y el papel que tienen que jugar los barrios para, de esta forma, descentralizar la ciudad. No todo se puede ni se debe hacer en el centro. Da la sensación de que cualquier evento que se organiza en Málaga, cualquier iniciativa, se tiene que celebrar en plena calle Larios.
Málaga necesita a sus barrios y los barrios requieren una planificación en la que, además de la misión residencial, ofrezcan soluciones al entretenimiento de sus vecinos. Hay que tener en cuenta que zonas como Carretera de Cádiz, Teatinos, Huelin, la zona este o Ciudad Jardín tienen más población que la mayoría de pueblos de la provincia y, por ello, deberían ser gestionadas como tales. Es cierto que las posibilidades de crecimiento y expansión están muy limitadas, pero no se debería renunciar a dotar de más y mejores equipamientos a estas zonas de la ciudad. Porque el casco antiguo es como el salón de la casa y los barrios parecen los dormitorios.
No obstante, también hay que llamar la atención sobre el hecho de que el ocio se ha universalizado y democratizado de tal forma que hay muchísima gente en todos sitios. Y eso es una buena noticia también. Todo está lleno porque todo el mundo sale a la calle. No debe ser fácil gestionar tanta afluencia de personas en cortos espacios de tiempo, aunque se debe intentar. Y la pandemia, como decíamos, tiene algo que ver: pese a la inflación y la subida desorbitada de precios, la gente no renuncia a salir, disfrutar, picar algo en una terraza, dar una vuelta, hacer compras, ir de fiesta… A vivir, en definitiva. Y para eso, para vivir, Málaga es una opción extraordinaria. Pero no únicamente por su centro, que también.
La ciudad debería apostar por sus barrios como entornos y espacios atractivos no sólo para sus residentes sino para otros vecinos. La cultura y las actividades artísticas no deben ser exclusivas del casco antiguo si de verdad se aspira a ensanchar la ciudad. La próxima legislatura municipal tendría que ser la de los barrios, sobre todo porque muchos de ellos tienen suficientes atractivos como para ser también un polo de atracción.
Y algo parecido ocurre con muchos pueblos de la provincia, que tienen el desafío de diseñar modelos que mejoren las condiciones de vida de sus vecinos y, a la vez, sean capaces de potenciar la actividad económica no sólo a través del turismo. Vivimos en un tiempo en el que se están reinventando los modelos urbanos para hacerlos más sostenibles y para hacerlos más habitables. Los hábitos están cambiando a una enorme velocidad y las administraciones deben ser capaces de detectar esas transformaciones y, sobre todo, atender las necesidades de sus vecinos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.