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Dale pajarete a la perrita

INTRUSO DEL NORTE ·

Raúl es la amistad intergeneracional y el hombre que me animó a hacer una biografía encanallada de Pablo Iglesias

Lunes, 19 de octubre 2020, 08:31

La última vez que Raúl del Pozo bajó a Málaga hizo la borricada de ir y volver en coche por la neura que le tiene a estar encapsulado en el AVE, que para mí es el Paraíso. Le daban el Alcántara y me dijo que lo acompañara en el Jaguar, pero mandé a mi madre de embajadora y me quedé en el altillo escribiendo prosas y preparándome para cobrarlas tarde y mal.

Raúl del Pozo tuvo su edén en Marbella, en el golf, y siempre me dice que cuando me cabreo me salen los mismos malagueñísmo del taxista que lo lleva del aeropuerto a Guadalmina y uno piensa que debe ser el mismo, pues Raúl es de costumbres fijas y navaja afilada. Yo lo conocí en la alborada de la década, en mis primeras tentativas madrileñas, en algo de columnistas y TVE me llevó a su casa a hablar del papel escrito, la opinión, y a que soltara mi primera boutade en la TDT. Desde entonces somos inseparables, y cuando mi desempeño de oficinista noctívago me lo permite, Raúl me lleva de conductor/caddie a meter la bolita y a tomar el resol del piedemonte de Guadarrama. Después, sudados y morenos, Néstor Szerman -su psiquiatra-, Jesús Úbeda -su biógrafo- y yo -su apadrinado a su pesar- íbamos al Meliá Castilla a devorar una paella con vino que acababa, si se animaba, en Torrelodones: el único casino donde jamás perdí jureles.

Ahora Úbeda -granadino de Ciudad Real- y Julio Valdeón -un Umbral de Brooklyn- le han perpetrado un homenaje novelero llamado 'No le des más whisky a la perrita' en la que el arriba firmante aparece como un antagonista dickensiano, una suerte de Pedro Luis de Gálvez al que un día llevaron a la tele y no hizo un 'Boris'.

Pero Raúl es la amistad intergeneracional y el hombre que me animó a hacer una biografía encanallada de Pablo Iglesias -vio futuro en un personaje que detesté desde el primer capítulo- mientras yo lo que quería era que me contara cosas del Emérito y de Paco Rabal para venderle a Netflix una precuela de 'Juncal'.

En la década de su amistad hemos compartido cabeceras, viajes a León y a Castilla, conferencias, hagiografías de parte que acabaron -para el biógrafo- en un descampado y con cien euros que Raúl, generoso hasta decir basta, le dio a Arnao para que aplacara sus pulsiones.

Raúl y Alcántara me han hecho parte de lo que soy; de uno y de otro he ido aprendiendo por la vía del fracaso en carne propia que este oficio se extingue y que he de graduarme de nuevo las gafas a San Gabino. Raúl es algo así como un hermano mayor, que nació en Cuenca y en Navidad.

CODA: A la perrita, yo estaba presente, no le dieron whisky sino un Quitapenas que le subí yo y que le compró mi madre al Farid.

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