Cuentecillo del frío
INTRUSO DEL NORTE ·
Pese a la mascarilla, en mitad del Paraíso, llega el olor casi desconocido de la leña. Quizá un buen augurioSecciones
Servicios
Destacamos
INTRUSO DEL NORTE ·
Pese a la mascarilla, en mitad del Paraíso, llega el olor casi desconocido de la leña. Quizá un buen augurioEl frío. Hace un frío como para destetar HdP, que diría el bueno de Camilo José Cela. Sube, no sé de dónde, una lengua helada ... a pleno sol. Después hemos comprobado que quizá se rozaran los 12 grados. Se toca uno las extremidades, y hablar del tiempo está bien para no hablar de lo otro. No sabe uno si es una glaciación así, pascual, este frío que vive la ciudad y que deja las gargantas tocadas y el vaho dentro del hogar.
No sé si es impropio el frío. Quizá lo impropio hayan sido otras Navidades en manga corta y un nevazo a la vuelta de Reyes. Con el frío se piensa mejor, se ve todo más claro. Y desde la playa se adivinan los perfiles de África en ese deporte nuestro de ir adivinando los contornos de Maruecos desde las alturas o desde las bajuras. No eran molinos ni nubes, era quizá Gibraltar en perspectiva o La Mujer Muerta al otro lado del charco.
Toda este congelador se va metiendo en el pecho, y quizá haya ayudado a que efectivamente estas fiestas fueran diferentes. Hay escarcha en los barrios altos, aunque hay que estar atento y con las gafas polarizadas para asistir a este acontecimiento de la noche calmada y en aquellos solarones que parecen un páramo y desde donde llega directamente el caño helado.
Van avisando de una nevada del siglo según se cruzan Las Pedrizas y Despeñaperros hacia el Norte, y entonces el malagueño se sabe privado de Paraíso, siquiera sea en estas fechas tan extrañas en las que debemos empezar eso de la recuperación.
Todo comienzo tiene estas cosas. Este frío que no deja a la ciudad, que resucita mosquitos al calor del Ser Humano, en estas noches sosas de unas Navidades que no queremos volver a repetir.
Suelo escribir del frío como metáfora. Pero hay algo metálico y abrasivo en la nueva Alameda. Frío, frío y claridad cuando el día crece y la helada nace. Nuestro Lillo lo sabe bien.
Distopía es que en abril caiga un nevazo en los altos de Estepona y no que en las Navidades tengamos un principio -vago- de sabañón psicológico en mitad del alma. En mi barrio buscan la recachita, el sol, que no corra el viento y que anden las calles ventiladas y oxigenadas.
Ha llegado el frío con su disposición de terral a la inversa; las paredes del patio del Pasaje del Cortijo han guardado el sol del día y por la noche salimos aquí, a hablar de lo humano y lo divino mientras la mascarilla me anda empañando la vista de la Estrella de Oriente.
Ha dejado de oler a jazmines y hay una niebla de leña que la memoria tenía casi desconocida. Llega el carbón, a pesar de las capas de la mascarilla, y nos recordamos hace demasiados años, demasiados fríos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Marc Anthony actuará en Simancas el 18 de julio
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.