Primera obra realizada por Evaristo Guerra, con 12 años, de una calle de Benamocarra; lo dejó a una vecina para que se secara y le dijo que lo recogería al día siguiente: volvió 22 años después a por él, y allí estaba. Félix Lorenzo
Horizontes cercanos

El cuadro del niño Evaristo allí seguía, 22 años después...

Evaristo Guerra clausura hoy su antológica en el CAC veleño con registro récord de visitas. La curiosa historia, cantada por Alcántara y Alejo García, de su primer cuadro, expuesto ahora. El Cateto, una historia de superación de un matrimonio de Riogordo, cumple 40 años. El alcalde quiere que los restos de Miguel de Molina retornen a Málaga.

Domingo, 4 de junio 2023, 00:03

Hoy clausura Evaristo Guerra su exposición antológica en el CACde Vélez . Pocas veces hemos visto tan feliz al artista veleño, y es que el éxito de la muestra ha superado con creces todas las previsiones, pues ha tenido una media de 1.200 visitas al ... mes, lo que es algo espectacular. «Tanta expectación me ha sobrepasado. Cuando le decía a la gente que iba a exponer en el CAC, todos me decían que estaba loco, que a ese museo iba muy poca gente, que tenía muy pocas visitas, y mira las cifras... Hemos desmontado una falsa creencia, y me alegro. Porque no sólo ha venido gente de la Axarquía, sino que han sido muchísimas las personas de Málaga capital y de la Costa del Sol Occidental las que se han desplazado expresamente para ver una muestra única de mi obra».

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Y es que en esta magna exposición se ha podido ver la evolución de Evaristo Guerra, que incluso ha sorprendido a muchos de los que gustan y conocen su obra, porque hoy se relaciona exclusivamente al veleño con los campos, los olivos y los colores, pero en la exposición se pueden disfrutar (hoy está abierto hasta las 14 horas, por lo que si lee estos Horizontes pronto este domingo puede ir corriendo...) sus retratos, sus bodegones y su estampas costumbristas: «Mostrar esos estilos tan diferentes me ha hecho una gran ilusión. Ten en cuenta que llevaba 50 años sin exponer en mi tierra, en Vélez-Málaga, y me hacía mucha ilusión...

En esta antológica está hasta mi primer cuadro, que lo pinté a los 12 años, que representa una calle de Benamocarra, porque me daba vergüenza pintar cosas de Vélez. Cosas de niño. Cogí una bicicleta y me fui a Benamocarra y allí pinté ese cuadro, que por cierto tiene una historia que la relató el añorado Alejo García en su programa de Radio Nacional de España, y es que al terminar me preocupaba que la pintura se me estropeara en la bici, y ni corto ni perezoso decidí pegar a una puerta de la una casa y se lo dejé a una señora, que yo no sabía que era la esposa del juez de paz del pueblo, para que me lo guardara... «Volveré mañana, señora; gracias», pero ¿sabes lo que pasó? Que aquel niño, se puso en sus cosas y no regresó al día siguiente sino que lo hice ¡22 años después! Un buen día me acordé del cuadro, de dónde lo dejé, y decidí regresar a aquella casa con la intención no de recuperarlo, porque yo creía que era imposible, sino por si seguía viviendo la señora a la que se lo día para que me lo guardara, y allí me presenté y ni te imaginas mi sorpresa y felicidad que la misma señora que me abrió la puerta entonces lo volvió a hacer, y sin que yo le dijera nada me dijo una frase que me impactó y que guardo en mi corazón: «¡qué, vienes a por el cuadro, ¿no?».

Nieves Ortiz y su hijo, José Rojo jr., en El Cateto. F. L.

Y allí estaba mi primer cuadro, en la misma pared donde lo colgó de una alcayata para que se secara... Una señora maravillosa que ya murió desgraciadamente. Es una anécdota preciosa, y tengo el honor de que la historia fue relatada, a nivel nacional, cada uno en su estilo y forma, por Alejo como por Manuel Alcántara, mis amigos». Ese primer cuadro pertenece hoy a la Fundación Evaristo Guerra. «Creo que si alguien esperaba esta antológica en forma de prueba o examen de mi tierra para que aquí haya un Museo Evaristo Guerra, que es mi ilusión, se ha superado con sobresaliente. Tengo 80 años y me gustaría asistir en vida a la inauguración del museo con mi obra, y espero que la nueva corporación municipal dé los pasos necesarios, porque la verdad es que sería una pena lo contrario... Hasta ahora no me han dado más que evasivas y falsas promesas».

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No pintaría nada mal un Museo Evaristo Guerra, sin duda.

Hace 40 años, recién llegados de Riogordo, en lo que entonces era una zona lejana, mucho más cerca de la carretera de los Montes que de Ciudad Jardín, casi al lado del Puente de los 11 Ojos del Acueducto de San Telmo, entre Monte Dorado y Los Casinis, el matrimonio formado por José Rojo y Nieves Ortiz abrió un pequeño local en el que se hacían bocadillos «para los niños del instituto que había cerca, porque por aquí no había nada...». Poco a poco, con mucho esfuerzo, los bocadillos dieron paso a las tapas, y a una cocina que se fue ganando merecida fama por la destreza de Nieves en los fogones. «Buenos productos y mucha naturalidad», dice que era (y es) el secreto de su éxito.

El día a día fue superando todas las cotas y lo que empezó siendo un servicio básico se especializó en marisco, de la bahía de Málaga, de alta calidad y a buen precio, y la fama de 'El Cateto', que así se llama el restaurante, fue ganando clientes de todos lados. Lo que empezó siendo algo humilde hoy es un restaurante marisquería de primera, con el matrimonio y su hijo, José Rojo jr., al frente. «Y ahora cumplimos 40 años, ¡cómo pasa el tiempo!», dice nostálgica 'la jefa'. Esta familia de Riogordo es un claro ejemplo de superación y de iniciativa, aunque para conseguir lo logrado se hayan tenido que hinchar de trabajar. ¿Quién dijo que las cosas son fáciles?...Enhorabuena a 'El Cateto' por sus 40 años de vida, que lo cumplirá en unos días, en la misma zona de siempre, y que, por cierto ahora está rodeado de calles con nombres tan malagueños como Moscatel, Pedro Ximénez, Seco Oloroso, Quina, Lágrimas o Vermouth…

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Foto publicada por The Objective de la fan de Miguel de Molina, Juani Muñoz, delante del nicho. F. L.

La noticia sobre la posibilidad de que los restos mortales del gran Miguel de Molina fuesen trasladados a un osario común en el cementerio de Chacarita (Buenos Aires) por falta de pago de su tumba, pese a que se ha solucionado por la generosidad de una fan del artista, Juani Muñoz, una jubilada argentina muy vinculada a Málaga, de donde era toda la familia de su abuela, que tuvo que emigrar en 1912 al país sudamericano tras arruinarse por culpa de la filoxera, hizo que numerosos paisanos del artista se movilizaran, empezando por el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, quien se puso en contacto con los directivos de la necrópolis bonaerense para interesarse por el asunto y también para un posible traslado de sus restos a Málaga, aunque para esto hay un pequeño inconveniente: ya lo intentó en sus tiempos de presidente de la Diputación Salvador Pendón (gran erudito de la copla y el cante), pero se topó con la negativa de la familia. Pero eso fue hace 11 años... ¿Seguirán pensando igual? Sería fantástico intentar repatriar a nuestros muertos más famosos para que descansen en paz en su tierra. Hay que intentarlo. Se lo debemos a todos ellos...

Sean felices, disfrutemos de lo mucho que tenemos.

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