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Editorial

Otra crisis francesa

Ante el ascenso de la ultraderecha, lo ocurrido favorece más la búsqueda de un poder fuerte para la República que la acogida de los desesperados

Lunes, 3 de julio 2023, 00:06

La muerte el martes pasado de Nahel, un joven de 17 años de Nanterre, por disparos de un policía, desató una semana de disturbios en las principales ciudades francesas. Protestas sobrepasadas por el vandalismo que han vuelto a evidenciar de manera más acusada que nunca ... la fractura persistente entre la República y los jóvenes que han crecido en las 'banlieue'. Los incendios provocados en la capital del país se extendieron pronto a Marsella, Lyon, Burdeos y hasta Toulouse. Jóvenes que se han socializado bajo el estigma de su origen magrebí o subsahariano a veces remoto, al margen de las instituciones del Estado y enfrentándose a las fuerzas policiales, sin que haya ni autoridad ni mediación alguna capaz de procurar la moderación de sus pulsiones. Tras la destrucción de numeroso mobiliario público y de cientos de comercios, el ataque contra el domicilio del alcalde de L'Haÿ-les-Roses mediante un vehículo incendiario, que la fiscalía investigará como tentativa de asesinato, elevó ayer las alarmas tras intentos de amedrentamiento de otros cargos electos.

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