Contar el tiempo (y Franco)

Joaquín Ramírez

Domingo, 5 de enero 2025, 01:00

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Contar es lo que hace la humanidad para probar su existencia y sacar conclusión de la experiencia, contar es lo que hacen unos a otros desde que esto empezó. El antes, el después y el futuro, son la constante de nuestras referencias y cuitas, la ... magnitud tiempo es la gran fijación de nuestras vidas de modo inevitable. No cabe duda de que hay sabias corrientes filosóficas y hasta movimientos o doctrinas que recomiendan una actitud pasiva con el reloj humano -ignorar el tiempo y su trascurso-, todo es respetable, aunque sea inviable. Entre las novedades del gobierno de Sánchez en este año que empieza se ha deslizado como anuncio fundamental el propósito de celebrar la muerte de Franco como parámetro de la libertad y la democracia. Cincuenta años han pasado desde hace cincuenta años, no es nada extraordinario, pero desde 1975 hasta aquí ha pasado eso, la mitad de cien. Nuestra sociedad es muy dada a las celebraciones temporales, los aniversarios de hechos ocurridos llenan nuestros días, algunos son tradición, otros pueden ser inesperados. En este caso el plan de Sánchez de festejar el fallecimiento del general Franco, ocurrido el 20 de noviembre de hace medio siglo, vincula el suceso con los cambios políticos que tuvieron lugar en 1977 y 1978, salvo que se trate de la proclamación como Rey de Juan Carlos I, el 27 de noviembre de 1975, que no. Las Cortes Constituyentes lo fueron el 15 de junio de 1977 y la Constitución española se aprobó en referéndum el 6 de diciembre de 1978. La verdad, este «50 aniversario de la libertad» se antoja como una decisión realmente discrecional -o puede que caprichosa, por un extraño sentido de la conveniencia-, a veces llenar el calendario de según qué contenidos puede hacernos ocupar de lo más impensado. A veces, también, los gobernantes buscan llamar nuestra atención con fines que cuesta adivinar, pues sólo se desentrañan en un análisis crítico y mal pensado. Hay enseñanzas que nunca deben despreciarse, fíjense el ejemplo del dictador Maduro, que decretó el uno de octubre como comienzo de la Navidad... Mejor no busquen las razones de tal decisión, tampoco en qué departamento o ministerio bolivariano o con qué competencias se gestionan esos asuntos... Bueno, pues eso, si a Sánchez se le antoja, hay que conmemorar la expiración en su cama por enfermedad de Francisco Franco. Se hace difícil saber en qué consiste la bondad de la idea, qué se pretende enseñar, cual es la lección y si se trata de un agradecimiento a las leyes naturales... Debe ser penoso explorar constantemente con qué sacarnos a los españoles de nuestros pensamientos o cómo pastorear nuestro cerebro para llevarnos a su clientela política particular.