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Las primeras noticias que la historia da de Cristóbal Colón son de Portugal, en aquella Corte un joven marino de orígenes desconocidos data su existencia por primera vez; su nombre 'Chriftoual Colon', no Columbus, ni Colombo o Colom. Atraído por la idea de encontrar una ruta alternativa para llegar a 'las Indias', Colón propone su proyecto y no encuentra calor ni apoyo alguno para emprender una expedición. A su llegada o vuelta a España, no sin un proceso complejo de explicaciones y mucha convicción, halla la receptividad que necesita y todo se pone en marcha hasta cambiar el curso de la historia definitivamente.

Mallorquín, gallego, barcelonés o de Génova, puede que castellano de origen judeoconverso. El misterio ha llegado a nuestros días. La comunidad internacional ha dado más credibilidad a la idea de que fuera italiano -genovés-, tradicionalmente Italia se ha volcado para reivindicar un cachito de mérito o autoría en esa -hasta ahora- la primera y la más grande gesta de la humanidad. Es muy posible, pero aún la duda científica permanece y nada ha trascendido de los estudios genéticos que hace más de cuatro años se anunciaron a bombo y platillo. Corre la especie interesada de que la Reina Isabel se aprestó a financiar la expedición propuesta, intentando reducir el papel de Castilla, de España, al de una operación bancaria. Pero el Almirante de la Mar Océana de la Armada Española, Cristóbal Colón, descubrió América con tres carabelas y tripulación españolas, no sólo eso, España se vació en aquellas tierras humana y políticamente durante siglos hasta hace bien poco.

La aventura americana de España, tras ella Portugal y detrás el resto de Europa, es digna de ser divulgada en profundidad. Algo más de seiscientos millones de hispanohablantes dan fe de forma más que notoria de la gran herencia cultural y humana de los llamados conquistadores españoles. La ley de matrimonios mixtos de 1514, apenas 22 años después del Descubrimiento es toda una pista y un síntoma de la actitud de la potencia descubridora. La Leyenda Negra, una auténtica demonización de la historia de España acuñada por sus enemigos tradicionales frente a la primera potencia mundial, ha contado episodios imposibles de grandes ejércitos en la América española que nunca existieron. Las expediciones, en su mayoría menores de 300 hombres, dan cuenta de esa imposibilidad.

En América los españoles encontraron pueblos esclavizados, enraizadas costumbres caníbales y sacrificios humanos rituales por doquier. Con todas las pegas o los peros que puedan ponerse, España en América no se distinguió ni por su violencia ni por su racismo, aunque moleste mucho, fue todo lo contrario. Sin estar exentos de errores, injusticias o episodios humanos de todo tenor, el empeño de evangelizar a la población, considerarla española y promulgar leyes y disposiciones de todo tipo para protegerla de la esclavitud y hasta de la explotación y la pervivencia indígena son prueba mayor.

El mundo guarda memoria de todo, pero una cosa es la historia y otra los movimientos políticos fundados en tres o cuatro falsas verdades utilitarias y convenientes para sus realizadores. La zozobra que algunos hechos producen cuando literalmente vemos rodar el recuerdo y conmemoración de los grandes, más pronto que tarde, dará paso a la calma y la reposición de los reconocimientos que corresponden. Porque las luces siempre brillan solas.

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diariosur La luz de Colón