El secretario general de la ONU, António Guterres, hace unos días, apeló a la desesperada al artículo 99 de la Carta de las Naciones Unidas (que le permite llamar la atención del Consejo de Seguridad, CS, sobre cualquier asunto que pueda amenazar la paz y ... seguridad internacionales), recordando la situación de catástrofe con posibles implicaciones irreversibles para los palestinos en su conjunto y para la paz y seguridad en la región, y reiterando su llamada para que se declare con urgencia un alto el fuego humanitario. La nueva propuesta no salió adelante el viernes por el veto de EE UU. Guterres ha criticado las violaciones del derecho internacional humanitario que estamos presenciando en Gaza, apelando a que «ninguna parte en un conflicto armado está por encima del derecho internacional humanitario». Frente a estas verdades como puños, el embajador israelí ante la ONU, acusó a Guterres de justificar las atrocidades cometidas contra israelíes, pidiendo su dimisión. En román paladino, para el Estado de Israel, si se muestra repulsa ante las masacres contra civiles palestinos en Gaza, es que apoyas a los terroristas de Hamás.
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Llueve sobre mojado. El Estado de Israel ha mostrado un desprecio histórico ante la ONU y sus resoluciones, entre las que cabe destacar la Resolución 194 de 1948 (derecho de los palestinos a regresar a sus hogares y recuperar sus bienes, así como el de la autodeterminación), 242,1967 (que exige la retirada del ejército israelí de los territorios ocupados en el conflicto de 1967) o la Resolución 446, 1979 (que declara ilegales los 'asentamientos', en los territorios ocupados, sin olvidar que la Fiscalía de la Corte Penal Internacional decidió en 2019 la apertura de una investigación a Israel por presuntas violaciones de las normas que regulan los conflictos armados en los territorios palestinos.
Los crueles ataques de Hamás contra civiles israelíes (asesinando con saña y tomando rehenes), se pueden calificar como crímenes de guerra y contra la humanidad, y sus autores deben ser juzgados y condenados. El Estado de Israel tiene el derecho a usar la fuerza necesaria para repeler un ataque armado actual o inminente, mediante los medios proporcionados para repelerlo, pero la legítima defensa no admite los «castigos colectivos» en forma de masacres contra los palestinos de Gaza. El IV Convenio de Ginebra y el Estatuto de Roma prohíben ataques contra la población civil, así como hacerle padecer intencionalmente hambre como método de guerra.
Mientras tanto, no sobra recordar que el pueblo palestino tiene derecho a la libre determinación que impide Israel ocupando ilegalmente gran parte de su territorio. Esta ocupación es una agresión equiparable a la agresión rusa a Ucrania, y el pueblo palestino tiene derecho a recurrir a la fuerza armada para acabar con esta situación (al amparo de la Resolución 3103 de 1973 y el art. 1.4 del Protocolo 1 a los Convenios de Ginebra de 1949), pero nunca asesinando o secuestrando civiles y prisioneros o con la realización de otros actos de terror. A los palestinos les queda el Derecho Internacional y la legítima resistencia.
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