La provincia es lo que es hoy gracias a la importante inversión en infraestructuras que se hizo en el pasado: la red viaria, el AVE y el aeropuerto fueron los tres pilares sobre los que se sustentó el importante desarrollo de los últimos años y ... que han colocado a Málaga como un destino de moda en todo el mundo. Al mismo tiempo, la estrategia cultural, turística y tecnológica de la capital sirvió de palanca con la que impulsar un nuevo modelo de entorno metropolitano.
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Sin embargo, en los últimos tiempos se ha producido una alarmante parálisis en las inversiones, especialmente del Estado aunque también de la administración autonómica, que pueden frenar el desarrollo de la provincia y lastrar su crecimiento. Además, cundió entre los poderes público la sensación de que Málaga ya tenía demasiado y que no le hacia falta nada más, algo que, sin lugar a dudas, ni tenía sentido ni estaba justificado.
Por ello es urgente que las diferentes administraciones, y sobre todo los representantes públicos de Málaga, tomen conciencia de la necesidad de cambiar esa percepción y de poner en marcha una nueva ola de inversiones que garanticen el futuro de toda la provincia. No hay que ser muy listo para darse cuenta de que el ritmo de actuaciones públicas va mucho más lento que el crecimiento económico y productivo de Málaga, con el riesgo que ello supone.
Vayamos así por partes. Este periódico viene publicando informaciones sobre la saturación de las carreteras de la zona oriental de la provincia. La conexión viaria de la Axarquía con la capital empieza a estar saturada, lo que implica un grave riesgo. Si hoy se producen importantes retenciones, es evidente que en los próximos años se irán agudizando. Y lo más grave es que no existen proyectos en marcha que puedan ofrecer soluciones a medio plazo. Actuaciones de este tipo requieren un plazo de bastantes años, por lo que todo hace pensar que ya es demasiado tarde para impedir graves problemas e incluso el colapso en los próximos años. Pensar en la ampliación de las vías o en una nueva ronda debería ser una prioridad del Estado, pero los gobiernos de los últimos tiempos han ignorado todas estas advertencias.
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Es muy triste que cuando se habla, además, de la necesidad de una conexión ferroviaria de la costa oriental todo parezca un brindis al sol, como algo irrealizable. Es absurdo plantear limitaciones al transporte en coche privado sin plantear alternativas al transporte público.
De la misma manera podemos hablar de la zona occidental. Los sucesivos gobiernos del PP y del PSOE, así como sus ministros de Fomento, han visitado Málaga enredando y realizando promesas, todas inclumplidas, sobre la conexión por tren entre Málaga y Estepona. Hoy por hoy da la impresión de que todos los políticos, así como los propios ciudadanos, ven imposible la ejecución de esta obra, como si se hubiese arrojado la toalla, a pesar de que es una actuación imprescindible. Ningún gobierno, ni siquiera ningún político, parece haberse tomado en serio este proyecto.
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Y lo mismo ocurre con las carreteras, con menos problemas que en la zona este, pero con síntomas también de saturación. También siguen pendientes proyectos como las conexiones en la zona norte y en el Guadalhorce o las obras ferroviarias para conectar Algeciras con Antequera y los corredores europeos, sin olvidar, por supuesto, las obras hidráulicas para combatir la sequía y garantizar el abastecimiento de agua para consumo y riego.
Esta semana, en el programa de La Alameda de SUR y 101TV, la consejera de Economía de la Junta de Andalucía, Carolina España, llamaba la atención sobre este problema y alertaba sobre la necesidad de inversiones para Málaga. Y no le falta razón.
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Por ello es el momento, aunque ya sea tarde, de que todas las administraciones y todos los representantes públicos aparquen por una vez sus diferencias, si es que esto fuese posible, y se pusieran manos a la obra. Y también la sociedad civil, a través de todas las entidades, deberían tomar conciencia de la necesidad de exigir y reclamar lo que Málaga necesita y se merece. Al igual que hace 20 años hubo cierto frente común para impulsar las grandes actuaciones de infraestructuras, ahora es el momento de recobrar ese espíritu y comenzar a trabajar por Málaga. Que el ruido y los intereses partidistas y políticos no nos distraigan de la verdadera realidad, que no es otra que la urgencia de mejorar toda la red de infraestructuras con los criterios de sostenibilidad que hoy por hoy son necesarios e imprescindibles. No hay mucho tiempo más que perder. Veremos.
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