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Bea Crespo
Carbonero clásico
El foco

Carbonero clásico

En esta edad de pirotecnia mercantil en que las fajas laudatorias tapan las cubiertas de algunos libros y se acumulan citas ditirámbicas sobre películas, proliferan los «clásicos» que dejarán de serlo pronto

Domingo, 20 de octubre 2024, 02:00

La imagen es bella y poderosa: una especie de túmulo piramidal de unos tres metros de altura de cuyos laterales se desprende un humo azulado a través de pequeños agujeros; sobre su superficie, reposa una escalera de madera que ha servido para que un hombre ... llegue a lo alto del cono y, en precario equilibrio -o eso parece-, inserte, rítmicamente y con fuerza, una larga vara en el corazón del túmulo. Su figura aparece y desaparece, envuelta en un denso humo que sale del interior de la construcción. Se trata de un carbonero. Está azuzando de forma precisa y metódica el fuego de su carbonera vegetal en un monte de Navarra. Detrás de la belleza de esta imagen hay una profesión ancestral, dura e infravalorada, de la que apenas quedan vestigios. En el precioso y delicado documental 'Nafarrako Ikaskinak/Carboneros de Navarra' (1981), Montxo Armendáriz recogió las prácticas y los testimonios de carboneros y carboneras que después le servirían de base para la película 'Tasio' (1984) que ha sido reconocida oficialmente como un «clásico» en las últimas ediciones de los festivales de cine de Cannes y de San Sebastián, entre otros. ¿Cómo una película que tiene como protagonista a un carbonero de un pequeño pueblo navarro puede convertirse en un clásico?

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