Borrar

El burlador indignado

POR AHORA ·

Domingo, 18 de diciembre 2022, 11:56

Lo verosímil o aferrase a describir y celebrar una situación no por lo que es sino por lo que puede parecer –y a sabiendas–, suele traer ciertas ventajas para los políticos de un cierto e indeseable estilo. Jueces o democracia, leyes o soberanía popular, normas ... o deseos disfrazados de masivos... No hay ni puede haber contraposición entre la democracia y la ley, porque la ley es directamente el fruto de la democracia. La Constitución y las normas son el riguroso entramado jurídico que garantizan la igualdad y la justicia, si no existen o no se cumplen, ahí acaban el estado de derecho y el consiguiente régimen de libertades. La Constitución, como ley de leyes, es el marco dentro del cual se establece el marco de convivencia y transcurren los procedimientos para asegurar la igualdad y la justicia. Cuando hay dudas acerca de la constitucionalidad de una situación o acto, las personas o estamentos, con legitimación activa, pueden acudir al Tribunal Constitucional para hacer valer sus derechos y recibir el respaldo o el rechazo de la pretensión expresada. El recurso de amparo ante el citado tribunal puede ser presentado «por cualquier persona natural o jurídica que invoque un interés legítimo» y obtendrá del mismo una resolución que otorgará razón o la denegará.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariosur El burlador indignado