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Sevilla es un azul de cielo y río. Un sol que duerme en Triana, y una luna que descansa en Santa Cruz. La orilla que ... tiene la Torre del Oro. Una luz con olor a azahar que no merece la oscuridad de la política 'black'.
La democracia debe sobrevivir al hedor de la corrupción. Al arrabal en el que se convierte la gestión pública cuando los fontaneros y los conseguidores de la política conforman una estructura paralela y subterránea del Estado que pervierte sus instituciones legítimas. Este pasado jueves declaró en sede judicial, Víctor de Aldama, el autoproclamado señor Lobo del actual PSOE: el hombre que conseguía todo para todos. El condimento de todos los guisos con mordida incluida. El que fuera el amigo de Koldo y Ábalos, no dudó en señalar de Pedro Sánchez hasta Santos Cerdán, pasando por una pléyade de ministros y sus personas de confianza, como los protagonistas de multitud de episodios oscuros y malolientes que ponen en entredicho el ejercicio democrático de sus funciones. Tras cuarenta días en prisión, obtuvo su libertad provisional por su compromiso con la Justicia de presentar las pruebas que sustentan sus duras afirmaciones. No le gustó mucho que Pedro Sánchez lo calificara de «personaje» y «delincuente». Nada más salir de Soto del Real le respondió definiéndolo como un «mitómano», además de persona olvidadiza, seguro de la contundencia de las pruebas comprometedoras que atesora.
El argumentario oficial del PSOE define al comisionista, como un «pequeño Nicolás» sin credibilidad alguna, aunque en privado, son muchos los socialistas que confiesan que gran parte de sus revelaciones confirman las investigaciones del último informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. A menos de una semana de la celebración del 41º Congreso Federal del PSOE en Sevilla, existe un temor creciente en el seno del partido, a que esta cita que iba a servir para relanzar el 'sanchismo', tras ajustar cuentas con los varones críticos, se convierta en un auténtico 'black friday' que sea el comienzo del fin de este periodo tan convulso y trufado de corrupción. La democracia no puede ponerse en venta ni admite rebajas. Con toda seguridad antes de que Pedro Sánchez tome la palabra en Sevilla, comprobaremos el alcance de las amenazas del señor Lobo Aldama. La corrupción conforma los contornos de un PSOE noqueado que sólo es sostenido por el interés de unos sus socios parlamentarios, que aunque adivinan su final no dudan en seguir rentabilizando su apoyo. Una formación política fallida para una España fallida como hemos comprobado en Valencia.
Recordemos las palabras del auténtico señor Lobo en Pulp Fiction: «Que seas una personalidad no significa que tengas personalidad». ¿Mitómano? ¿Personaje? Sevilla dictará sentencia.
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