Miércoles, 4 de diciembre 2024, 01:00
El indulto de Joe Biden a su hijo Hunter, declarado culpable de tenencia ilícita de armas y confeso defraudador fiscal, mancha su legado y asesta ... un duro golpe a su credibilidad tras haber prometido reiteradamente que jamás usaría tal prerrogativa en beneficio de sus familiares. No es solo que, mes y medio antes de dejar la Casa Blanca, el todavía presidente de Estados Unidos haya dinamitado su mensaje de que «nadie está por encima de la ley», sino que al justificar su decisión en que las resoluciones de la Justicia contra su hijo estaban politizadas cuestiona uno de los pilares del sistema democrático y asume una tesis del populismo que ha combatido con enorme vigor y elocuencia cuando era esgrimida por Donald Trump. Aunque el líder republicano ya ha demostrado que no necesita excusas para remover los cimientos de las instituciones, el perdón con el que Biden ha resuelto un inédito dilema entre su condición de padre y la exigencia de ejemplaridad -entendible en el plano personal, escandaloso en el político- le allana el camino para adoptar medidas similares en favor de los asaltantes al Capitolio o en el suyo propio, y resta argumentos para censurarlas al Partido Demócrata.
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