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Europa está triste. Así de claro. Esta Rotonda, por su trabajo durante 40 años en las ferias de turismo europeas, ha estado otros tantos en ... la ITB de Berlín: con el muro entero, con el muro medio derruido, con el muro desaparecido..., y ha visto el gran cambio, y que en el sur del sur, donde vivimos, es un sitio privilegiado, y no somos conscientes. Si había un punto donde la noche era sinónimo de bullicio, fiesta, alegría y felicidad ese era Berlín. Lo hemos comprobado desde 1985. No nos lo ha contado nadie. Desde la guerra con Ucrania, Berlín tiene restricciones lumínicas como muchas otras ciudades alemanas y del centro y norte de Europa. Y cuando no hay luz artificial, la noche es más oscura... Decenas de miles de bombillas (o como se llamen en la nueva jerga de la mano de los adelantos) apagadas.
Y si la noche es 'negra', si parece la 'boca del lobo', la gente no sale. La oscuridad trae miedo y malos compañeros de viaje. La noche es más amiga de los malos que de los buenos. Berlín no parece Berlín. La Berlín de la Ku'damm alegre y multitudinaria aparece, ahora, vacía, además, rodeada de otro 'muro', enormes pilotes y vallas en sus plazas para evitar locos asesinos atropellando gente con un coche o una furgoneta. Los bares y restaurantes cierran muy pronto, apenas hay movimiento en las calles. La Berlín capital del ocio y de la seguridad, ya no existe. Por eso a nadie extraña que en varios estudios sociológicos, teniendo en cuenta la situación que se vive en los países del norte, centro y este del viejo (y parece que muy cansado) continente, se afirme que «Europa es un continente que está triste», y los encuestados echan en falta que haya niños en las calles... Falta el bullicio de la grey infantil. La vida.
Además, los encuestados reseñan que se están perdiendo tradiciones, que están siendo sustituidas por otras y por otros hábitos de vida, y eso hace que miremos al futuro cercano de manera incierta... y temerosa. La invasión de Ucrania por Rusia, encima, nos llena de olor a pólvora y muerte, y para más inri, desde las tres 'megapotencias' nos miran con desdén, mientras que aquí, 'por dentro', nos dedicamos a discernir y discutir del sexo de los ángeles. Tremendo. La cuna de la civilización occidental, la 'madre' de todos los continentes, está exhausta, mal gobernada y sin líderes en su horizonte, grandes líderes, como antaño. Los bares de Berlín están llenos de fotos de grandes estadistas alemanes, franceses y suecos (británicos hay pocos, lógico), como si fuese un ruego al futuro para que vuelvan a nacer no los mismos, que es imposible, pero sí parecidos. Otra ITB, con grandes mensajes para Andalucía y Málaga. Normal. Pero ojo, no cambiemos nuestra forma de ser, nuestra idiosincrasia, que si lo hacemos también seremos unos ciudadanos 'cansados y tristes'… Como Berlín; como el resto de Europa.
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