Balance y esperanza
INTRUSO DEL NORTE ·
Desde esta tronera las felicitaciones van trufadas de esperanzaSecciones
Servicios
Destacamos
INTRUSO DEL NORTE ·
Desde esta tronera las felicitaciones van trufadas de esperanzaToca hacer balance. Poner a un lado lo bueno y lo malo, las alegrías y las decepciones. Porque el tiempo es un constructo y así ... hay que asumirlo. Pero lo primero ha sido decorar la casa con la distancia intrafamiliar, y comprobar que el año que nos ha escapado tampoco va a entrar en ningún anaquel del recuerdo. Nada. Todo lo que era sólido en palabras de Muñoz Molina ha ido menguando hasta desaparecer. Y en ese sólido muchos teníamos el país, la paz, la palabra y la democracia. Vendrán otros años, como este 2021, pero no seremos los mismos y habrá triunfado algo similar al miedo, a un miedo que va calando por las partes blandas del alma y que se puede achacar al sida chino: pero no en todo.
Se ha visto cómo en el Mediterráneo no todo es paz, y como este mismo mar que van dejando las tormentas hay delincuentes que nos han puesto en jaque, que están en las instituciones, y no hemos sido capacez de doblegarlos en lo moral aunque por números vayamos ya siendo lo que fue Cataluña.
Acaba un año en que creímos más en la Ciencia, albricias, que en las sucesivas magufadas del negacionismo, que está ahí para meter al Hombre en sus catástrofes y, una vez ahí, en ese punto, dejadlo al arbitrio de la teorías más peregrinas. Las que más daño hacen.
En este tiempo de balance permitido hay, también, que dar esperanza. La Magna, y me repito, fue una verdad y un camino abierto a esa misma esperanza, la que ahora mismo pasa por pasear libres por los bulevares de la Ciudad.
Llegaron, entre estos balances, las fiestas. En las que cada cual extraña a sus deudos y lleva como puede esos 'no días' que son el 25 y el 31. Acaso porque nos recuerdan tanto al confinamiento eso de los escaparates bajados. Por eso, quizá, servidor se quedó solo en un sótano vacío. Sin más acompañamiento que la televisión y sin más compañía que el discurso del Rey y los programillas de después: que no animan pero tampoco deprimen en una noche que se da a ello. Servidor sacó palitos de proteína de pescado por vagancia, se acopló en el sofá de varios cuartos de siglo y contestó con laconismo, cuando no con ironía, a las llamadas de compromiso que le iban llegando desde los cuatro puntos cardinales. Perdonen, pues, la tristeza.
Desde esta tronera uno no puede más que felicitar el año a los que lo merecen, que son aquí todos los lectores de lunes. Y confiar, como ya dije en los primeros compases de esta guerra mundial, en que con sacrificio y llantos venceremos. Como hemos hecho siempre. O como haremos por primera vez en este tiempo que nos ha tocado vivir. 27 del 12 de 2021.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.