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Carlos Alcaraz ni había nacido. Carrete, el gran bailaor, sí... Ya llevaba casi 55 («u los que fueren») años de vida recorridos por medio mundo, entre la pobreza y el éxito. Entonces, el 16 de julio de 1998, Málaga comenzaba a buscar su destino como ... capital de la Costa del Sol, y la Costa del Sol quería posicionarse como destino de calidad y con el apoyo de una identidad de su capital de la mano de Picasso. Del Museo Picasso se hablaba, pero la mayoría no creía en la historia y pensaban que era una chorrada periodística de un ilusionado plumilla... Apenas si había conciertos. Lo comparamos con hoy y el salto a mejor y a favor supera el triple mortal. Era un 16 de julio cuando más de 50.000 personas, en un puerto que era un conjunto de piedras sin sentido y sin uso ciudadano, los Rolling Stones comenzaban su espectacular 'Bridges of Babylon', un espectáculo con el que daban la vuelta al mundo, y aquí en Málaga debutaban en España, porque los conciertos previstos anteriormente los habían suspendido todos por causas varias y seguramente caprichosas.
Aquí no pasó igual. Los Rolling y amigos se fueron al Byblos, lujo elegido poco tiempo antes por una Lady Di que deslumbró a los compañeros de piscina, y se fueron a jugar al golf a La Zagaleta, aunque Mick Jagger, agobiado por los casi cien paparazzi apostados en las inmediaciones, pegó una larga cambiada y se fue al Marbella Club. Intentó otra escapada para ir a visitar Ronda, uno de sus caprichos, pero le fue imposible. Detrás de su coche marchaba una verdadera caravana y se dio la vuelta... Eso sí, no aceptaron el vuelo en globo para conocer la Costa del Sol, pero sí algunos de sus compañeros. Llegaron una semana antes en dos aviones privados (avión privado, y en este caso menos, no significa pequeñitos, ni muchos menos) cargados de gente, música, amigos, caprichos y ganas de disfrutar del sol. Aquí había ilusión, y mucha, y sol, mucho también.
Total, que en la noche del día 16 de julio, en un escenario frente al mar, algo que deslumbró a un Mick Jagger entregado y feliz, Keith Richards salía al escenario entre el clamor de las 55.000 personas que abarrotaban el recinto para interpretar ese himno de la banda que es 'Satisfaction'. Aquello fue la repera. Nunca se había vivido un acontecimiento igual en la historia de la música y de los conciertos en Málaga, preludio de una Costa del Sol y una capital que hoy son líderes mundiales en número y organización de eventos musicales de primera categoría a lo largo y ancho de nuestro litoral. Jagger lo tenía claro: «En mi vida actué en el mar...». Aquí, en el Puerto, lo hizo.
Pero si fue un día feliz para Jagger, Richards y compañía, no lo fue menos para Luis Vázquez Alfarache, que veía cumplido uno de sus sueños: que la Costa del Sol sonara en todo el mundo. Suyo fue ese concierto y suyo fue el eslogan del que sembró la carretera nacional de Málaga a Cádiz: Costa del Sol/Costa del Golf. No ocultaba esa noche el que fuera primer presidente de la Diputación y del Patronato de Turismo del PP los malos ratos que había pasado. Como al referido 'plumilla' que anunció que venía el Museo Picasso por expreso deseo del genio antes de morir, su anuncio de que vendrían los Rolling a Málaga fueron objeto de chistes, que entonces, afortunadamente, ni había memes ni redes sociales...
Lo cierto es que la Costa del Sol estuvo potencialmente en 300 millones de hogares de todo el mundo a través de la televisión; 55.000 personas en el Puerto de Málaga contemplaron la actuación del grupo más intergeneracional que ha existido en la música (abuelos, padres e hijos, todos unidos por los Rolling, bailaron y cantaron sus melodías); fans de los cincos continentes se citaron en Málaga para admirar a sus ídolos (hubo diez vuelos charter desde Gran Bretaña y otros dos desde Alemania), y en el Aeropuerto (sin las ampliaciones, con sólo dos terminales)y en la Estación (sin ni siquiera vestigio de Vialia, ni de la alta velocidad), no daban abasto para acoger a miles y miles de incondicionales, que se desplazaron para contemplar 'Puentes de Babilonia'. Hoteles, alojamientos, restaurantes y bares, al completo. Tuvimos la 'gran suerte' (entiéndase) de que los anteriores conciertos programados por todo el mundo fueron suspendidos, por lo que los Rolling debutaron en la Costa del Sol y eso creó una expectación enorme. «El reto que supuso la organización y financiación del espectáculo, mereció la pena sin duda alguna», señala un Luis Vázquez con no poca nostalgia mientras contempla una de las fotos que más cariño tiene de su época política: junto a Mick Jagger al llegar a Málaga.
Pues eso, que Carrete no fue a ver a los Rolling Stones, seguramente porque en esos momentos no tenía un duro (lo del euro aún era una quimera), nada nuevo para quien fue abandonado por su madre, pidió limosna, vivió años sin zapatos y se buscó la vida en plan lazarillo de Tormes. Pues ese Carrete, ahora, a sus 80 años, más fresco que una lechuga, estaba en Londres los mismos días de julio, pero 25 años después que los Rolling en Málaga, en uno de los principales teatros de la capital británica haciendo lo que mejor sabe: bailar. Casi 4.500 personas en tres funciones lo aclamaron dentro del magnífico Flamenco Festival, invento de un cordobés afincado en Málaga, Miguel Marín, que organiza espectáculos flamencos en medio mundo. Carlos Alcaraz iba camino de la gloria y seguramente Jagger se tomaba un McCallan con un solo hielo a la misma hora que el gran Carrete, que ya tiene hasta monumento en 'su' Torremolinos, arte y figura, genio y duende, ponía de pie a los ingleses que llenaron el fin de semana pasado el Sadler's Well y se entregaron a la causa de este «gitano a mucha honra, que para eso me llamo Pepe Losada», que el año pasado cumplió su sueño de patear Times Square y debutar en Nueva York, objeto de libros y documentales, que no sabe a ciencia cierta cuándo nació («¿Para qué... Tendré entre 80 y 83 años, pero no lo sé»), y que disfruta de todo lo que hace, incluso de los cuatro matrimonios que ha tenido. Si los grandes autores del Siglo de Oro levantaran la cabeza se despellejarían por contar su historia...
Sí la contó alguna que otra vez José Luis Yagüe. El periodista en activo más veterano de Málaga, Marbella y Campo de Gibraltar, que ha cumplido 88 años y le pasa como a Carrete, va de homenaje en homenaje. El último el que le dieron fue en Málaga, en el restaurante La Guernica, en el Soho, junto a muchos y buenos amigos, entre ellos el gran empresario hostelero Santiago Domínguez, que el viernes también celebró sus 85 cumpleaños. Yagüe y Santiago sí vieron a los Rolling. Y el 'plumilla' de estos 'Horizontes', también. Eso sí, nos perdimos a Carrete. Tampoco pudo ir a verlo Alcaraz. Se entretenía ganando Wimbledon. Mi duda es si habría bailado Carrete con Mick Jagger...
La vida da más vueltas que una noria. Por eso, no se bajen de ella y sean felices...
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