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Azul claro

Domingo, 10 de septiembre 2023, 02:00

El terrible terremoto de Marruecos casi no deja lugar para otra cosa. La inmensa cantidad de fallecidos sólo puede movernos a la cercanía de su dolor y un impactante escalofrío por las familias que atraviesan tan duros momentos de imposible consuelo. Qué escasas y qué ... vanas se leen o suenan estas palabras frente a un drama tan grande e inesperado, como irreparable. La ayuda internacional, empezando por España, llega y llegará tan grande como se puede imaginar, pero nunca podrá servir de ánimo ni compensación suficientes para los que han perdido la vida, ni a los heridos y familiares, aparte de los destrozos materiales. Es obligado poner sobre la mesa toda la solidaridad y cooperación para atenuar tan nefastas consecuencias en la mayor proporción posible. Habrá un mañana mejor, el ser humano tiene esas capacidades, para reconstruir, volver a sonreír y hasta para olvidar, pero son días de luto y llanto, de esas lágrimas que secan el ánimo y oscurecen el horizonte de forma tremenda.

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