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Pasear en las arenas de nuestras playas no es lo mismo que hacerlo en el duro acerado. Bañarse en el mar, si está limpio y el tiempo lo permite, es distinto a las cómodas piscinas que nos pillan más cerca. Pero el mar, nuestro mar ... de Alborán, es todo eso y mucho más. Es un mundo misterioso, con especies animales y vegetales que superan la imaginación del más avezado autor de aventuras. Y eso está ahí desde hace millones de años, en algunos casos casi sin cambios, en otros, con serias amenazas por una acción del ser humano poco respetuosa con las aguas que nos bañan. Los de Málaga, por poner un ejemplo, no somos lo que somos sin ese mar desde que arribaron por aquí los fenicios, nos formamos como ciudad a orillas del mar y nos sigue llegando una parte de nuestra supervivencia económica de esas aguas que tanto nos gustan disfrutar y tan poco conocemos. Y para eso, para que aprendamos de nuestro inmemorial acompañante azul, hace más de 30 años un grupo de jóvenes biólogos crearon el Aula del Mar.

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