Secciones
Servicios
Destacamos
El 'patrimonio' de los sentimientos es el que todos aspiramos a formar a lo largo de la vida. Dejando aparte las personas que por su maldad generan en nosotros una actitud de rechazo activo, el grupo de semejantes más numeroso es el de los desconocidos ( ... todos compartimos nuestra común condición de seres efímeros en la Historia, pero únicos e irrepetibles) y los llamados 'conocidos' (con relaciones de cordialidad en los esporádicos contactos que se puedan entablar en la vida social, sin renunciar a que formen parte de tus amigos si llega el caso).
El 'núcleo duro' de tus sentimientos lo constituye, sin duda alguna, la familia más directa (en el caso de tener la fortuna de contar con ella), es decir, tus hijos, tu pareja, tus padres y tus hermanos; dependiendo de los casos y de la opción libre de cada uno, este núcleo se extiende o se reduce, o simplemente se sustituye por allegados que pueden jugar similar papel. Estas relaciones y sentimientos, en caso de normalidad, son las que te permiten levantarte cada día con ganas de afrontar el futuro que tienes por delante, y son de una fuerza ilimitada.
Y está el complejo mundo de la amistad, que, como el amor, es libre, ya que existe cuando uno ofrece y otro acepta esa noble relación humana. En la amistad hay una graduación que depende de la intensidad con la que se comparten sentimientos; no depende del número de veces que te reúnes con los amigos, es más, mantengo grandes amistades con pocos contactos directos, pero sabemos que podemos contar el uno con el otro cuando haga falta. La esencia de la amistad está en la identidad de valores y avatares de la vida. Cuando digo valores no me refiero a una completa identificación en creencias políticas, sociales o religiosas, pero tengo claro que no tengo nada en común con las personas que desprecian o maltratan a sus semejantes. La prueba del algodón de la amistad estriba en que sean los mismos los que se alegran con los éxitos y los que apoyan en las malas rachas. En todo caso, siempre hay que seguir la máxima de Cicerón: «Este es el primer precepto de la amistad: pedir a los amigos sólo lo honesto, y sólo lo honesto hacer por ellos».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La víctima del crimen de Viana recibió una veintena de puñaladas
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.