Poco que objetar

Buen colegiado el canario Hernández Hernández. Nada que objetar en sus decisiones y eso es noticia después de las actuaciones arbitrales en partidos anteriores. Mantuvo el nivel que se requiere en un partido cargado de tensión donde ambos equipos mostraron juego muy mediocre y que provocó muchas interrupciones, sobre todo en el segundo periodo. De ahí que no dejara de prestar la atención que el juego requirió, muy cerca de él y haciendo uso con frecuencia de las advertencias para evitar el deslucimiento del espectáculo.

LO POSITIVO

El grado de atención prestado en todas sus acciones en el juego fue su mejor condición, favorecido por el excelente nivel físico que posee. Pese a la ausencia de calidad en el juego, también se esforzó en aplicar con mucho acierto la ventaja, consiguiendo alguna de gran relieve. Bien coordinado con sus asistentes en todo el partido. Acertó en el control disciplinario, amonestando a los béticos Pezzella, Brasanac, Bruno y Cejudo y a los malaguistas Torres, Jony y Juan Carlos. Admitió el diálogo con los profesionales, pero no las protestas reiteradas.

LO NEGATIVO

Muy pocas cosas se pueden destacar en el aspecto negativo. Su peor parcela, el control de la pérdida de tiempo. Se produjo siempre que el resultado era favorable al equipo sevillano, sobre todo en el caso del cancerbero Adán, que lo hizo con reiteración, por lo que se vio obligado a amonestarlo, quizás ya muy tarde, en la prolongación del descuento, lo que provocó aumentar un minuto más de los tres que se mostraron. Me sorprendió que el minuto 32 indicara a Tosca que echara el balón fuera para permitir que se atendiera a Pezzella.