CONDENADO AL DESCENSO
Sergio Cortés
Lunes, 13 de febrero 2017, 09:26
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Sergio Cortés
Lunes, 13 de febrero 2017, 09:26
Bikandi Garrido es el árbitro más flojo de Primera. He aquí un ejemplo claro de un colegiado ascendido antes de tiempo y sin más mérito que contar con una figura estilizada, como le gusta a Díaz Vega. El vasco, al que pretendían aupar demasiado pronto a la internacionalidad, no está hecho y le pierde el ímpetu a la hora de señalar las acciones decisivas. Cuando se equivoca, como ayer, desnivela el partido. Sus garrafales errores y esa sonrisa 'profidén' lo dejan casi condenado al descenso. Al tiempo.
A tenor de las dos jugadas decisivas, el Málaga mereció más en Villarreal. Pero también es cierto que su rival, en función de su control y su dominio, puede pensar que no mereció perder. El equipo de Romero salió con convicción, pero muy pronto metió la marcha atrás y prefirió pertrecharse. Más allá de una filosofía de juego -que también lo es-, pesa la racha sin ganar un partido. La inseguridad atenaza, fuerza a conservar la renta como sea. Y a medida que pasen las jornadas y esa serie adversa no se trunque será más evidente el aumento de las precauciones.
El Villarreal fue el dueño de la pelota durante media hora, pero recordó mucho al Málaga de la semana anterior. Junto a la indudable seguridad que transmiten Demichelis y Luis Hernández -pueden fallar en un momento puntual, pero dan una enorme consistencia al equipo- cabe reseñar que Adrián jugó siempre fuera del área y que Sansone estuvo demasiado solo en la zona de remate. Así la tarea fue más fácil, y el peligro local, más previsible.
Debutó José RodrÍguez, lo que supone en principio la constatación definitiva de que a Pablo ya no se le considera medio centro. El alicantino estuvo mejor con el balón en los pies (de sus virtudes técnicas no se duda) que en la contención (Pablo tuvo que echar una mano para que se sintiera más arropado), pero habrá que verlo más en un partido abierto, con idas y venidas. Ahí el Málaga ganará con su llegada y su visión del juego, pero también puede perder equilibrio.
Rosales fue el futbolista con más trabajo. Dio el centro en el gol, pero atrás sufrió mucho. El venezolano echó en falta más ayuda de Keko, porque se le acumuló la tarea con las subidas de José Ángel, las caídas a la banda de Adrián y la presencia de Soriano. No siempre pudo tapar los centros y eso pudo costar muy caro. El extremo debió mirar más hacia atrás... Igual sucedió en algunas fases con Chory Castro y Mario.
El Málaga y Romero no supieron gestionar la superioridad numérica. Soriano fue expulsado en el minuto 71 cuando en la primera parte ya hizo una entrada brutal a Rosales. La respuesta del entrenador fue incluir a Duda, que está para lo que está, cuando el partido se puso para dar más minutos a Ontiveros o para intentar apostar por dos puntas. Tampoco el equipo dio un paso al frente. Más vale pájaro en mano... En cambio, el Villarreal pudo quedarse los puntos. Bakambu y Samu Castillejo son desequilibrantes, pero el partido ya lo había condicionado Bikandi Garrido, el árbitro que promocionó Díaz Vega.
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