La foto de Arthur Ryan tiene menos calidad que valor informativo. Aquí, en Puerto Banús

El fundador de Primark disfruta de Málaga

Arthur Ryan, una de las personas más discretas del Reino Unido, tiene casa en la Costa del Sol desde hace 15 años

pedro luis gómez

Domingo, 29 de enero 2017, 00:23

En una de las primeras promociones que Málaga realizó en el Reino Unido por aquello del Brexit, en la reunión promovida por el alcalde Francisco de la Torre con empresarios de Londres en la Embajada de España, uno de los asistentes dijo que «si hemos conseguido que Málaga y la Costa del Sol sean el segundo hogar para muchos británicos, entre ellos muchísimos altos ejecutivos de grandes firmas y empresas, ¿por qué no conseguimos que inviertan?». La interrogante tiene una primera explicación, hasta ahora, nuestra capital y nuestra provincia se veían sólo como un lugar para el ocio y para la diversión, pero las nuevas tecnologías, los nuevos hábitos de trabajo, los nuevos tiempos, y que Málaga está de moda, hace que la cosa pueda cambiar. Quien hacía la pregunta en voz alta no estaba desencaminado, porque habló de nombres de altísima importancia en los negocios y, sobre todo, en las nuevas tecnologías. «Es muy normal encontrarte con Ron, un gurú de los videojuegos en cualquiera de los vuelos que unen Málaga con Londres, ¿por qué no utiliza Málaga como lugar de trabajo?». Es una gran verdad. Ahí tiene Málaga un gran trabajo por hacer, y sin duda por ahí ha marcado el trabajo el Área de Economía Productiva del Ayuntamiento malagueño, que no ceja en buscar precisamente contactos organizando actos y encuentros con los CEOs (máximos responsables ejecutivos) de empresas que tienen su sede en Londres y que ahora con el Brexit tiene que buscar fórmulas para convivir dentro de la UE, y Málaga se presenta como punto de apoyo importante, contando con aliados importantes como el malagueño Mario García, máximo responsable de Sequel, una de las grandes empresas de software de seguros del mundo con sede en la City. Sea como fuere, es verdad que Málaga es «la segunda casa» de primeras figuras de las finanzas y de los negocios de aquel país, como ocurre con el magnate Arthur Ryan, el fundador de Primark y presidente del gigante de la venta al por menor de moda, que vive en la Costa del Sol la mayor parte del año, y que gusta de dar paseos por la capital amparado en un anonimato que solo se rompe muy de vez en cuando. Este mes de enero, Arthur Ryan se ha dejado ver (bueno, lo de dejado es un decir) por Puerto Banús, aprovechando los días de sol para tomar una copa en las terrazas de El Corte Inglés al mediodía. La foto no es de muy buena calidad, pero desde luego tiene valor. Ryan nunca había sido fotografiado en un acto público hasta 2010, cuando por primera vez acudió a un acto para recoger un premio, en algo que nos recuerda a lo poco que le gusta la publicidad a Amancio Ortega, su hermano en España. El fundador de Penneys (el nombre de Primark en su país de origen, Irlanda) en Dublín en 1969 es un hombre muy discreto, que vive en una de las casas mejor protegidas de la capital irlandesa, nunca ha dado entrevistas y al que rara vez se le ve en público sin guardaespaldas, como en esta ocasión.

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Ryan es un enamorado de El Corte Inglés, y lleva viniendo entre Marbella y Estepona desde hace 15 años. En estos días, Ryan aprovechó para buscar nuevos emplazamientos para Primark Málaga, ya que las ventas aquí les marchan muy bien y el millonario y magnate de la moda, que comenzó vendiendo corbatas en Londres, quiere un gran edificio en un lugar emblemático.

Los pocos que conocen a Ryan dicen que es un hombre con una gran capacidad de análisis y que tiene una gran fe en sí mismo. Suele ser clave del triunfo. No todo el mundo se cree que se pueden conseguir cosas y metas, y posiblemente por eso, dos profesionales de éxito en Málaga, Miguel Ruiz Montañez, responsable de la EMT, y el economista Daniel Pastor decidieron, tras una comida que sirvió para que se conocieran, escribir un libro de autoayuda. Avalado Miguel Ruiz por sus éxitos como novelista y por tanto tener una agente como Antonia Kerringan de gran peso en el mundo editorial, Objetivo la luna ha sido editado por la prestigiosa La esfera de los libros, que ha apostado fuerte por la obra, con un importante número de ejemplares. «La gente tiene derecho a soñar con una vida mejor», viene a decir esta novela en la que hay personajes y en la que pasan cosas; fácil de leer, al final de cada capítulo contiene una especie de resumen y consejos de autoayuda, para que «cualquiera sepa vivir su vida, sea feliz en su trabajo y no se amargue la vida», como explica el propio Miguel Ruiz, que está ilusionado «porque a fin de cuentas yo soy más ejecutivo que novelista, y este libro está escrito por dos directivos, por dos profesionales, que quieren transmitir a los lectores sus propias experiencias».

Sin duda, la noticia de la semana a nivel de libros fue la presentación de esta obra en Ámbito Cultural, mientras que sigue con extraordinario éxito de público un Festival de Teatro que está batiendo todos los registros, con todas las funciones llenas como ocurrió el jueves y el viernes con La asamblea de las mujeres, con una excepcional actuación de Lolita, María Galiana y Miriam Díaz Aroca, en lo que es una obra muy divertida. Porque Miguel Gallego ha conseguido un festival de enjundia, respetado y envidiado en toda España, pero para nada coñazo, sino con una diversidad de obras y temáticas donde también cabe la diversión, como en la citada representación que dirige Juan Echanove. Ya es hora de que la cultura se desligue de los tristes y de los aburridos, que haberlos haylos y muchos. Por cierto, que El Pimpi se ha convertido en lugar de referencia y paso obligado para todos los actores que vienen a este festival, o sea lo más granado de nuestro escenario, como ocurrió con Miriam Díaz Aroca, musa televisiva de los niños de los años 80, quien disfrutó en La Sole con los platos japoneses de Juanjo Perlés, y con los vinos de la tierra, de la mano de Pepe Cobos, Pablo Gonzalo y Didier Bricout. No tuvo malos consejeros la buena de Miriam, desde luego.

Pues nada, que sigan siendo felices, y que permitan que servidor lo sea y disfrute con ustedes. Y un recuerdo y ánimo muy especial para un buen amigo, José París, excepcional malagueño, gran cofrade, maravillosa persona, que lucha por la vida. Su Cautivo lo ampare y lo cuide.

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