Críticos en todos los partidos
Los opositores a Susana Díaz se organizan, mientras que los procesos congresuales tensan también al PP, Podemos, C's e IU en Andalucía
Maria Dolores Tortosa
Domingo, 11 de diciembre 2016, 08:58
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Maria Dolores Tortosa
Domingo, 11 de diciembre 2016, 08:58
La expectación por Susana Díaz y el cisma en el PSOE eclipsa lo que ocurre en las interioridades de otros partidos. En todos cuecen habas, sobre todo cuando se vive un tiempo político tan convulso. Los procesos congresuales que tendrán lugar en los primeros meses de 2017 en todas las formaciones políticas se dejan sentir también en esta Comunidad y no solo tensan al PSOE, también a PP, Podemos, Ciudadanos e Izquierda Unida. Este es un recorrido panorámico por todos ellos con algunos apuntes a tener en cuenta en las próximas semanas.
En la dirección del PSOE andaluz preocupa la concentración de plataformas de críticos en Sevilla este próximo jueves. Aunque en número no son muchos por ahora en Andalucía, sí es relevante el ruido que pueden ser capaces de liar, sobre todo con lenguaje duro y a veces soez en las redes sociales. En ellas aparecen ya autoproclamados como organizaciones de militantes, aunque al menos en la de Sevilla hay caras del pasado orgánico e institucional del PSOE. Es el caso de la portavoz de la plataforma para que el congreso se celebre sin dilación, Nieves Hernández, antigua compañera de Susana Díaz en la corporación socialista de Alfredo Sánchez Monteseirín. Ahora es sanchista convencida. Su elección como portavoz de todas las plataformas implica hasta qué punto el movimiento no es tanto contra la Gestora como contra la candidatura de Susana Díaz.
Los críticos de Díaz tendrán su momento el jueves en Sevilla y la presidenta andaluza proyecta que el suyo sea el viernes con José Luis Rodríguez Zapatero en Jaén. Se espera que el expresidente también se pronuncie a favor de su candidatura para dirigir el PSOE como este viernes hizo Javier Lambán.
Otro PP andaluz
También en el PP andaluz hay malestar interno. Este lunes pasado sorprendió que el presidente regional, Juanma Moreno, no asistiera al acto con el que la Delegación del Gobierno conmemora el aniversario de la Constitución y entrega sus tradicionales premios 'Plaza de España'. Se trataba además del primer acto oficial del nuevo Gobierno del PP en Andalucía y lo presidía el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, junto a Fátima Báñez.
La excusa de Moreno fue que estaba visitando las zonas afectadas por las inundaciones en Málaga, pero era una excusa muy endeble. Le hubiera dado tiempo a ambas cosas. ¿Era un vacío intencionado a Antonio Sanz, a Zoido... o a los dos?
Sanz ha sido confirmado delegado del Gobierno cuando desde algún ámbito del PP andaluz se esperaban cambios. Moreno necesita para consolidar su liderazgo hacer ver que los nombramientos de andaluces se hacen por su influencia. No ha sido así tampoco en el de Zoido como ministro del Interior, ni los de José Antonio Nieto como secretario de Estado de Seguridad y Enrique Fernández de Moya como secretario de Estado de Hacienda. Los tres apostaron por José Luis Sanz para presidente del PP andaluz y se les considera afines a Dolores de Cospedal, quien aspira a revalidar su puesto de número dos del PP.
Nieto y Moya son presidentes provinciales de Córdoba y Jaén. Zoido controla Sevilla, que preside su hombre de confianza Juan Bueno, pero en pugna con los allegados de Javier Arenas, que espera continuar también en la dirección nacional. Antonio Sanz, siempre fiel a Arenas, es presidente del PP de Cádiz y en Almería sigue mandando otro hombre de Arenas, Gabriel Amat.
En este puzzle de tensiones Moreno solo aspira a controlar de una vez un partido de reinos de taifas para la única misión encomendada, la Presidencia de la Junta. Con el poder adquirido ahora por sus críticos en Andalucía de la mano de Cospedal y Arenas, esta misión se prevé complicada. Tiene depositadas sus esperanzas en la ponencia política que prepara Martínez Maíllo para el congreso nacional, en la que puede aprobarse incompatibilidad de cargos institucionales y orgánicos. Solo así podrá diseñar su propio mapa de personas de su entera confianza para dirigir al partido en las provincias.
Podemos y Vistalegre
Teresa Rodríguez ganó en Andalucía pero no ha acabado su guerra. La dirigente de Podemos Andalucía está inmersa de lleno en la batalla de Vistalegre dos, como se vio ayer en Madrid en el acto de los anticapitalistas. Defenderá a Pablo Iglesias frente a Errejón, pero también discrepa con el líder de Podemos sobre el modelo de partido. El traslado de la batalla a Andalucía es complejo. Rodríguez ganó a los errejonistas en la dirección regional, pero no quiere cabos sueltos y ha emprendido una ofensiva para hacerse con la asamblea local de Sevilla, la más poderosa, ahora en manos de los errejonistas y sus mayores críticos en esta comunidad, Begoña Gutiérrez y Sergio Pascual. ¿El método?, el mismo que el empleado por Susana Díaz para derrotar a Pedro Sánchez, dimisiones de los suyos en la dirección sevillana para provocar nuevas elecciones.
Las disensiones no acaban aquí. Siete de los quince diputados nacionales de Andalucía han suscrito el manifiesto de apoyo a Errejón, entre ellos Pascual y Alberto Montero. Rodríguez controla lo orgánico de Podemos Andalucía, pero no el poder institucional de sus miembros.
C's e IU
TransC'sparencia, el movimiento crítico con Albert Rivera, no parece por ahora con adeptos significativos en Andalucía. Juan Marín, Fran Hervías y Manuel Buzón controlan el partido a favor de Rivera, pero también hay desavenencias en esta formación. El último conato ocurrió en Huelva, donde fue apartada la portavoz municipal, María Martín, quien ha denunciado métodos antidemocráticos de sus compañeros con la anuencia de la dirección nacional. Sus argumentos se parecen a los del movimiento TransC'sparencia.
Izquierda Unida no abordará hasta después de enero su proceso congresual. Todos quieren que siga Antonio Maíllo, pero dependerá de él. Las voces críticas en IU van más en relación a la alianza de esta formación con Podemos. Los viejos dirigentes en torno a Diego Valderas están en desacuerdo en promover una fusión que haga desaparecer el proyecto de Izquierda Unida.
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