La Alhambra, entonces, dio un salto cualitativo y exponencial en todos los ámbitos, las instituciones responsables de la gestión cultural en el contexto de ese proceso se habían dotado de instrumentos legales pioneros
REYNALDO FERNÁNDEZ MANZANO
Sábado, 16 de julio 2016, 02:54
Desde la Alhambra mostrar nuestro aplauso a la proclamación como Patrimonio Mundial del Sitio de los Dólmenes de Antequera, nuestra hermana ciudad andaluza tan querida.
Hace ya treinta y dos años, en 1984, que la Alhambra fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad. Por entonces el devenir de este recinto se encontraba marcado, como todo el país, por una nueva situación administrativa, la sustitución de la dictadura por un Estado de Derecho consagrado por la nueva Constitución democrática de 1978, la descentralización administrativa en un estado autonómico, y el consiguiente desarrollo, en 1981, del Estatuto de Autonomía para Andalucía. 1984 va a ser nuestra fecha señalada. A comienzos de ese año finalizó el proceso de transferencias en materia de Cultura desde el Gobierno central a la Junta de Andalucía, lo que auspició la aprobación, el 19 de marzo de 1985, de unos nuevos Estatutos que tutelan hasta el día de hoy el Patronato de la Alhambra y el Generalife. Y el 2 de noviembre de 1984, en su sesión plenaria celebrada en Buenos Aires, el Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO declaró a la Alhambra Patrimonio Cultural de la Humanidad, posteriormente ampliado a los jardines del Generalife y al barrio del Albayzín. Patrimonio material, y también natural, funcionalmente semejante a lo ha pasado en Antequera con sus tres monumentos megalíticos y dos monumentos naturales, integrados en un extenso enclave territorial que singulariza toda una comarca. La Alhambra, entonces, dio un salto cualitativo y exponencial en todos los ámbitos. Las instituciones responsables de la gestión cultural en el contexto de ese proceso se habían dotado de instrumentos legales pioneros, como fueron la Ley del Patrimonio Histórico Español de 1985, o la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía de 1991 que, con su posterior desarrollo, vinieron a cualificar la gestión de los Bienes Culturales, entre los que la Alhambra representa un referente destacado. El recinto nazarí se encontró así con un reconocimiento y un respaldo, nacional e internacional. De hecho, fue el primer monumento en España, y el segundo recinto patrimonial tras la ciudad de Santiago de Compostela, que elaboró un Plan Especial de Protección, el PEPRI de la Alhambra y Alijares (1986). Así, estos años se configuran para la gestión de la Alhambra como el punto de partida para una nueva concepción Cultural del Patrimonio. Todo ello permitió dotar al Conjunto de modernidad, a través de un instrumento estratégico desde 2008, el Plan Director de la Alhambra, que marca las pautas de gestión del Conjunto Monumental en el siglo XXI. Al fin, estas nominaciones suponen una reválida con la que afrontar los importantes retos que suscita el acceso a los bienes culturales, con la seguridad de su conservación para las futuras generaciones. Una experiencia que, seguro, el Sitio de los Dólmenes de Antequera va a implementar, acrecentando con su nominación, el rico legado histórico de Andalucía.
La Alhambra reguló el aforo diario y el horario exacto de visita a los Palacios de los usuarios, atendiendo a la conservación y restauración del conjunto monumental, desarrollando una programación cultural, así como actividades pedagógicas y fomento la investigación en colaboración con las Universidades ha sido nuestro objetivo.
Nuestra felicitación a la Consejería de Cultura, con Rosa Aguilar a la cabeza, a Bartomé Ruiz, director del Conjunto Monumental de los Dólmenes de Antequera, y a todos los ciudadanos por este importante reconocimiento que es un reto y un gran compromiso de futuro.
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