El sitio de mi recreo

Lágrimas y favores

José Antonio Trujillo

Sábado, 26 de marzo 2016, 09:50

La fe escribe siempre relatos de confianza. El hombre se hace mayor cuando descubre su vulnerabilidad. El sentimiento de desvalimiento que cada uno desarrollamos a lo largo de nuestra vida nos hace buscar anclajes que nos puedan devolver a la realidad. Necesitamos confiar en nosotros, en los demás, en la Naturaleza, en un Creador, como única forma de descubrir las auténticas dimensiones del hombre.

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Los creyentes en demasiadas ocasiones no somos conscientes del enorme regalo que es nuestra fe en Dios. Nos olvidamos que Dios sigue confiando en nosotros, a pesar de nuestras limitaciones. Desarrollando los dones de la fe en Dios, sin duda se acrecientan las posibilidades de confiar en nosotros mismos y en los demás. Las grandes conquistas humanas tienen mucho que ver con la fe, porque ésta no es otra cosa que hacer justicia a la confianza que nos debemos y que han depositado en nosotros.

Los no creyentes, en estos días de Semana Santa, pueden no entender las manifestaciones litúrgicas públicas de la manifestación de la fe, pero sí comprenden al dedillo la métrica de la grandeza de la confianza. Ese hecho hace que podamos todos convivir dentro del respeto, y sólo unos pocos intenten encontrar en estas jornadas motivos de desencuentro y desconfianza mutua.

El pasado domingo, seguí la estela de la imagen de la Virgen en su advocación de María Santísima de Lágrimas y Favores, en mi querida Málaga. Junto a mi familia, caminábamos en silencio solicitando el favor de seguir confiando en Dios, en nosotros, en los demás, para construir un mundo más humano.

Este hermoso nombre de la Virgen, es un verso a la vida que se convierte en tantas ocasiones en un valle de lágrimas y que nos obliga a encontrar una mano amiga para poderlas enjugarlas. Los hermanos de las Reales Cofradías Fusionadas se afanan en ser esas algunas de las manos amigas ejecutoras con las que se vale su hermosa titular para otorgar favores a todo aquel que sigue manteniendo su confianza en Dios, y en cada uno de nosotros.

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Hoy levanto mi súplica por esa niña encontrada sin vida en el vertedero de Casares que nos hiere por dentro a todos y provoca un sentimiento de desconfianza en el hombre. No ha podido gozar de esta vida pero seguro que la Virgen de Lágrimas y Favores habrá salido a su encuentro para mostrarle la grandeza de lo eterno.

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