Curso turístico clave

La Feria Internacional de Turismo (Fitur), que abre sus puertas el próximo miércoles, marca el inicio del curso turístico. Un nuevo ciclo en el que hay que diseñar estrategias para ir más allá de la corta mira que supone consolidar los crecimientos cosechados que han llevado a Andalucía, a la Costa del Sol o a la capital malagueña a cerrar 2015 como el mejor año de la historia. En plena expansión, con signo positivo en todos los indicadores y con unas turbulencias en el contexto internacional que hacen pensar que traerán más flujos de viajeros hacia los destinos españoles, el ejercicio promete. Y por ello urge mirar más allá de lo que se ve. Conviene abrir un paréntesis en la actividad diaria para aunar opiniones de instituciones, expertos y profesionales, escuchar nuevas visiones y trazar objetivos a largo plazo y con grandes miras. Las mimbres con las que trabaja esta industria permiten pensar con ambición. Que nadie dude que la miseria no trae más que miseria y que el turismo es el alma de la economía, el corazón del empleo y el pulmón que ha dado en estos destinos un respiro a la peor de las crisis económicas. Que se registren cifras históricas nunca es producto de la casualidad, sino del trabajo y el esfuerzo realizado. De ahí que la máquina no se puede parar, y menos a tenor de los cambios de los colores políticos. No hay tiempo que perder. Hay mucho que ganar y más aún en juego. En Fitur comenzará una partida en la que el trofeo vendrá determinado por la hoja de ruta establecida, en la que hay que considerar más factores externos e internos de los que estaban previstos. El que mejor mueva las fichas en el tablero, en el que han entrado en juego los problemas para formar Gobierno, los aires independentistas, y la inestabilidad geopolítica de mercados competidores como Turquía, triunfará. De ahí que el éxito se medirá en la agilidad y celeridad al actuar.