Llegó, vio y venció. Rayó a buena altura mientras le duraron las fuerzas. Chory Castro apenas esperó tres minutos para dejar el primer destello de calidad en su debut con el Málaga, con el que fue presentado solo tres días antes. Envió un gran centro que Cop, desmarcado, no supo aprovechar. Ya prometió pases de gol (dijo 'asistencias', pero maldita sea la manía de apropiarse de términos de otros deportes en el fútbol) en la rueda de prensa de presentación. Todo va rápido, pues, en la incorporación del uruguayo al conjunto blanquiazul, que lo eligió como primer fichaje del mercado de invierno. Puede que incluso sea el único, tal ha sido el vuelco experimentado por el equipo en su juego y en la clasificación. En realidad, el Málaga ha hecho otro 'fichaje' en el nuevo año. Se trata de Santa Cruz. El paraguayo, que llegó lesionado y tardó en recuperarse, marcó en su primer partido como titular. Ese gol pudo haber sido incluso el de la victoria de no haber marrado un remate de cabeza a placer que parecía fácil (de nuevo, tras un gran centro de Chory). A pesar de sus 34 años, que destila algunas carencias físicas, el internacional puede prestarle grandes servicios al equipo blanquiazul. Su envergadura le permite ser una referencia en ataque. Sabe fijar a los centrales adversarios, recibe el balón de espaldas a la portería como nadie y busca la llegada de compañeros desde la segunda línea. Gracia tiene un 'problema', porque el otro ariete, Charles, lleva siete goles, una buena marca en las filas malaguistas, donde resulta difícil llegar a la decena de dianas de un tiempo a esta parte. Con las sanciones del brasileño y Amrabat cumplidas, y con Santa Cruz y Chory Castro dispuestos a seguir siendo titulares, el técnico pamplonés dispone de muchas variantes con vistas a recuperar definitivamente la eficacia goleadora.

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