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EL REMATE

SINO

Juan Antonio Morgado

Miércoles, 2 de diciembre 2015, 12:33

La noticia corrió como un reguero de pólvora. Un jeque había comprado el Málaga. La pintoresca buena nueva encajaba a la perfección en un club trufado de mil y una vicisitudes dignas de pasar al museo de las excentricidades. Pero cuando el tal Al-Thani empezó a fichar a una pléyade de jugadores de primer nivel con Pellegrini como entrenador, se tuvo la sensación de que el Gordo de Navidad se adelantaba unos meses en la ciudad que más que nunca fue del paraíso. La mayoría de esos astros llevaron al equipo a los cuartos de final de la Liga de Campeones, en unos meses gloriosos que pudieron terminar en el Olimpo de no haber mediado la maquiavélica aparición de un árbitro apegado al poderoso.

Pero el sino de este club de nuestros amores y desdichas es dibujar los dientes de sierra de la más inestable de las gráficas bursátiles. Del todo, a la nada. De acariciar las semifinales de la Champions, a ocupar puesto de descenso. A esto último no estaba acostumbrada la generación que arropó a ese Málaga 'grande', pero sí los más viejos del lugar, que han puesto en antecedentes a hijos y nietos. La situación deportiva no le pilla de sorpresa a nadie. Pero de ahí a que el club de La Rosaleda esté regido por un bufete de abogados de Granada va un trecho. ¡Hasta ahí podíamos llegar! Mala pinta tiene el enfermo, con unas ojeras que le llegan hasta la barbilla. El jeque ha puesto pies en pared a una situación que se le había ido de las manos. ¿La dominó en algún momento? Parece que no, porque los cambios no cesan desde aquellas primeras destituciones de la exótica Yasmin Al-Sahoud y el incompetente Jesualdo Ferreira. Espero no tener que utilizar dentro de poco el dicho de que «entre todos lo mataron y él solito se murió».

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