Y vaya si era fuerte el Dolmen de Antequera, tanto que aún no se ha quebrado a pesar de los amaneceres helados de la Vega. Tan fuerte y tan universal es este Dolmen, que salió enrocado de la Prehistoria: que anduvo íntegro cuando Napoleón quiso amanecer por Antequera con sus soldados 'cepillamajas': aquéllos que llevaban una mano en el pecho y la otra entre la desembocadura del bajo vientre y el arranque de la pata izquierda y la pata derecha. Las gónadas bandoleras, vaya.
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Que el Dolmen de Antequera, digo, pasó por la Roma de Adriano, enhiesto o bajo tierra: que siguió incólume o inédito para mis primos los godos y para los que vinieron después: moros, isabelinos, carlistas, andalucistas o 'podemitas'. Incluso el Dolmen no se vino abajo cuando la cosa' federalizante' en España. Lo cual que ahí sigue este Vaticano de nuestro albores, a cinco minutos según se toma el desvío de Las Pedrizas.
Ay del Dolmen, del frío sobrevenido que viene y va a mi Antequera ahora en otoño. Ay mi Antequera, que es la embajada conventual de Castilla al amparo níveo del Torcal y de esa galleta de piedra que, vista en lontananza, parece el Quijote con compaña y burro. A la sombra del Dolmen -al arrullo, diría Santa Teresa- le pedí salir a Paula en una excursión del Bachillerato, y allí me enteré en el mismo día del sobresaliente en Historia, de la verdad relativa del hombre del Neolítico y de una vida que iba a verme sin Paula (que ya tenía a otro muso con moto y flequillo). Porque Paula, tan rubia y tan mona, es temporal aunque le pese. Como Mariano Rajoy, como toda esa caraja de mandamases que fueron a fotografiarse delante del Dolmen con unas manos en una posición que -en baloncesto- creo que piden tiempo muerto. La fotografía ha sido analizada ya por el maestro Antonio Burgos, por la corte de Faraón, por España entera y en ese plan. A Rajoy se le vio sosteniendo una caña en Huertas, y poco después en el Dolmen. No se biloca, pero ahora lo andan probando. Y es que Rajoy es en sí mismo un patrimonio de la Humanidad si se eleva el 'laconismo en plasma' y la 'caraja' a la categoría de Bellas Artes. Así que Rajoy, Villalobos, Juanma, un delegado de tal y hasta la rubia son como la estampa goyesca del país. El uno, el Marca, la otra, el Candy Crush, y frente a ellos esta Málaga pensante que le saca unos 'memes' que ni 'La Codorniz'. Los pobres representantes están ahí, arrojados a la foto, por el compromiso/postureo que toda institución guarda con la Cultura. Hay quien dijo que toda Cultura era la creación de un ambiente: piensen en la charla en la puerta del Dolmen y reflexionen sobre el ser y la nada. La cosa, insisto, es que Rajoy se bebe una caña en el barrio de mi tito Carmelo (Huertas) y al poco se nos retrata junto al Dolmen, que es fuerte como Luis. Y el Dolmen, que es fuerte también, el tío. Ahí anda desafiando a los milenios, a los políticos, a los bachilleres en flor y los políticos que dominan poco la cosa de la Prehistoria. Casi ná...
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