ENFADO SIN DISIMULO

Compareció Javi Gracia apesadumbrado y ante los periodistas tras el duelo con el Eibar. El entrenador blanquiazul era consciente del mal partido realizado, y así lo demostró con su enfado y sus declaraciones. En su fuero interno, seguro que el pamplonés confía en sus hombres, porque la Liga es muy larga. Desde aquí le podemos decir, como consuelo, que se acuerde del famoso dicho de que los gitanos no quieren a los hijos con buenos principios, porque eso sí que es garantía de mala suerte. Era tal la decepción del técnico blanquiazul que ni siquiera buscó el clavo ardiendo de haber encajado un gol en tres partidos como asidero para salir medianamente airoso de su comparecencia. Y eso que recibir un solo tanto en tres partidos tras enfrentarse al Sevilla y al Barcelona no es asunto baladí. A riesgo de pecar de simplista, con esa media para el resto de la temporada, e incluso encajando el doble de goles, la permanencia estaría asegurada. Mantener ese ritmo de fortaleza defensiva es complicado, pero mejorar la capacidad anotadora actual (ningún gol a favor en tres encuentros) será fácil. Vaya lo uno por lo otro.

El Málaga jugó muy mal el domingo, pero en su descargo se puede decir que tiene a varios jugadores nuevos que necesitan acoplarse. La ausencia de la noche a la mañana de Sergi Darder, Samu, Samu Castillejo y Juanmi las acusaría cualquier equipo. Habrá que confiar en la buena mano de Gracia, al que seguro que le dura todavía el enfado por la marcha a última hora del centrocampista balear. Su puesto lo ocupa ahora Recio, pero la línea media necesita más efectivos para superar las habituales contingencias que reservan los 38 partidos de Liga. Mientras llega el mercado de invierno, no estaría mal ganar en Getafe.