ENFADO DURADERO

Pues era verdad. El enfado que mostró Gracia en la rueda de prensa posterior al partido no fue fruto de un calentón. Le dura todavía, como puso de manifiesto ayer en su comparecencia ante los periodistas. Un servidor atisbó algo el domingo, como quedó reflejado en el artículo de La Lupa. Mediada la segunda parte, el entrenador pamplonés, que suele ver los partidos de pie, se refugió en el banquillo y no volvió a levantarse hasta que terminó el partido, por no decir que seguro que le entraron ganas de quedarse en la comodidad de esos mullidos asientos y no verle la cara a ninguno de sus hombres que jugaron contra el Deportivo. Habrá castigo para algunos jugadores, que incluso pueden quedar señalados. Pero si algo ha demostrado Gracia esta temporada es que no se casa con nadie.

El técnico anuncia cambios para hoy. Se le juntan al entrenador navarro el hambre con las ganas de comer. Necesita darle un nuevo aire al equipo, que lleva seis partidos sin ganar, por mucho que entre ellos esté el gran juego desplegado contra el Atlético de Madrid, al que mereció vencer el Málaga. Otro motivo para las rotaciones son que los tres encuentros en una semana les pueden venir largos a algunos futbolistas a estas alturas de campaña.

Habló Gracia de que el tropiezo ante el Deportivo (el 1-1 es de esos empates con un fuerte olor a derrota) les cercena los planes de asedio a la sexta plaza. La alusión suena anacrónica. Las circunstancias han cambiado mucho a causa del prolongado desencuentro con el triunfo. Lo que urge ahora es mantener el séptimo puesto, y para ello no vale otra cosa que la victoria esta noche en Vigo. Veo posibilidades, porque el Celta es de los buenos.