Recibió Amrabat el sábado el balón a la altura de la línea de medios del Real Madrid y puso la directa hacia el área del equipo blanco. Lo vio venir Pepe y armó todos los músculos de su corpachón con la intención de frenar al delantero malaguista. No sabía el central luso lo que le esperaba. Aceptó el envite el internacional marroquí y se produjo un auténtico 'choque de trenes'. En un alto porcentaje de las ocasiones en que algo parecido sucede, el defensa portugués sale airoso. Pero, para sorpresa de los ochenta mil espectadores que llenaban el Santiago Bernabéu y los cientos de miles que veían el partido por televisión, Amrabat desplazó varios metros a su oponente. Se recompuso, sin embargo, Pepe, y permaneció junto a su rival hasta que, en la línea de fondo, se produjo el segundo encontronazo, del que volvió a salir malparado el recio defensa madridista. Amrabat se llevó el balón y centró hacia el área. Ambas cargas legales pusieron de nuevo de manifiesto la fuerza del atacante malaguista.

Publicidad

Chocar dos veces con Pepe y no solo seguir en pie, sino llevarse la pelota, únicamente está al alcance de jugadores como Amrabat, que en el feudo madridista redondeó uno de sus mejores partidos de esta temporada. Obligó a los zagueros locales a redoblar su vigilancia, y puso a prueba a Casillas en un tirazo desde fuera del área.

El 'choque de trenes' entre Amrabat y Pepe fue de los que hacen época. Este lance me recordó la carrera que Cristiano le echó hace años a Iván González desde el centro del campo hasta la línea de fondo. El joven defensa malaguista no se achicó y logró cerrarle el paso al laureado adversario, en una nueva versión de la leyenda de David y Goliat.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad