El equipo de moda

El Málaga está de moda. ¡Quién nos lo iba a decir a principios de temporada! Ni los más optimistas se lo esperaban. El fútbol tiene estas cosas. Es imprevisible, raro y caprichoso. A veces, injusto, pero otras, justo. Es el caso del equipo blanquiazul. Los hombres entrenados por Gracia no están sextos en la clasificación por casualidad. Cinco triunfos no se encadenan así como así. Es más, el Málaga solo lo había logrado una vez en su historia, con el ensalzado Pellegrini como entrenador y, curiosamente, cuando el equipo estaba en su peor momento con el técnico chileno, cuya plantilla tuvo que atarse los machos para no bajar. Un récord que estaba destinado a tener una gran vigencia ha sido fulminado solo tres años y medio después de haberse establecido. Es lo que tiene este deporte que se ha convertido en el fenómeno de masas más grande de la historia.

El Málaga empieza a abrirse huecos en los programas deportivos nacionales, esos que dedican el 99 por ciento de su tiempo a hablar del Real Madrid y del Barcelona, y del 1 por ciento restante, la mitad, al Atlético. Ahora, las fulminantes y decisivas internadas de Amrabat son conocidas en toda España, como la jerarquía y fuerza de Camacho en el centro del campo, hasta el punto de haber llamado la atención del seleccionador. También empiezan los aficionados de otras provincias a recordar que existía un jugador oportunista y listo llamado Juanmi, o a valorar a un central llamado Sergio Sánchez que superó un grave percance y que ahora es una muralla, sin olvidar a Weligton, un capitán líder en el vestuario y en el campo; a Kameni, un portero ágil y poderoso por alto; a Sergi Darder, un exquisito organizador de 20 años; a Samu Castillejo, un veloz y fino atacante...