Por sí quedaba algún escéptico, lo del Pompidou Málaga es uno de esos acontecimientos culturales que llegan de higos a brevas a cualquier ciudad de categoría que se precie. La repercusión del acontecimiento, la calidad e importancia de las obras, el renombre de los artistas que van a conformar el espacio museístico del Muelle 1 son los suficientemente importantes y trascendentes para que incluso los mayores críticos del proyecto hagan mutis por el foro, que además es lo mejor que pueden hacer, para el bien de Málaga e incluso por el bien personal de ellos mismos. El Pompidou ha elegido el emplazamiento malagueño como punto de experimentación y no va a escatimar recursos para ofrecer su mejor cara. Es verdad que el excepcional museo parisino busca también (no nos engañemos) su beneficio propio, pero no lo es menos que en este juego de intereses culturales y económicos, Málaga va a ser la gran beneficiada.
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El Pompidou Málaga va a ser referencia internacional, si había alguna duda del proyecto parido por Francisco de la Torre, unas gestiones culminadas en el mes de noviembre de 2013 en nuestra ciudad, coincidiendo en la agenda con la World Travel Market londinense, a la que no fue. La presentación en París y el conocimiento del contenido no dejan el mínimo resquicio para la duda. Incluso el dinero que tendrá que pagar el Ayuntamiento se antoja aceptable ante lo que puede suponer de atractivo turístico-cultural para una ciudad que se ha ganado una de las primeras posiciones en el ranking europeo de la 'especialidad'. De la categoría de lo conseguido habla la repercusión mediática nacional que ha tenido la presentación celebrada en la sede francesa.
Hombre, algún pero habría que poner. No tiene sentido que para este proyecto de talla internacional se haya dejado de lado a algún que otro malagueño ilustre y, desgraciadamente, con mucho más reconocimiento fuera que dentro, pero sabios parece que hay muchos, posiblemente algunos por su propia necesidad de que nadie les haga sombra. Fallos como el referido (los nombres propios están ahí, pero su humildad y su propio deseo de no salir en los papeles me obliga a no dar nombre(s) alguno), pese a todo, no se puede empañar un gran logro como es el Pompidou del Muelle 1, que es como personalmente me gusta denominarlo. Estamos de enhorabuena. Y me parece justo que quien lo inaugure sea Francisco de la Torre en esta legislatura municipal. Se lo ha ganado a pulso. Como siempre, no se preocupen, habrá quién se quede con la cáscara y no con el producto y lo criticarán y dirán que todo el asunto es simplemente de 'interés electoral'. Allá cada cual con su carroza. Al César lo que es del César, y para Málaga, el Pompidou.
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