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El equipo de desgobierno

La Casona del Parque está manga por hombro y necesita que el alcalde tome con más vehemencia la vara de mando. Una vez más, una comisión para aclarar las cosas sirve para no aclarar nada / Nueva pirueta de la Demarcación de Costas con los Baños del Carmen

Javier Recio

Domingo, 15 de junio 2014, 11:56

La Casona está manga por hombro. Se ha instalado una sensación de zozobra tras los últimos resultados electorales que puede ponerle las cosas más fácil de lo normal a María Gámez, que después de varios años ya se ha enterado de qué va la cosa y lo está haciendo bien. La portavoz socialista se está pateando las calles y está dejando de entrar en debates nacionales estériles y propios de otros foros que no le aportaban absolutamente nada. En cambio, el alcalde y su equipo parecen desnortados. De la Torre sigue con su interminable gira fuera de Málaga, esta semana ha estado en Génova y en Madrid (hay que ver lo que le gusta a este hombre un foro de ciudades) y varios de sus concejales están en el ojo del huracán por el caso raqueta. Al portavoz Mario Cortés se le acumula el trabajo al tener que lidiar con un miura que no es suyo (con la espantada de la U-tad de Tabacalera ya tenía bastante) e incluso ha quedado en fuera de juego por ofrecer ruedas de prensa dando todo por zanjado y días después enterarse por este periódico de nuevos detalles que desconocía, como que el informe que eliminó a la empresa no estaba firmado. A este desconcierto se une que el que sin duda es uno de los mejores concejales del Ayuntamiento de Málaga, Damián Caneda, muestra abiertamente su desacuerdo con sus compañeros, quizá porque sepa que tiene pocas posibilidades de seguir el próximo año. Para lo que le queda en el convento... El peligro de descomposición es real. Que los ciudadanos no conocen a sus concejales es algo hasta cierto punto normal, lo malo es que hay algunos que no lo conocen ni los bedeles del Ayuntamiento de Málaga. Ni van ni se le esperan. Es difícil ponerle cara a muchos ediles y es mejor no dar nombres, porque algunos se quedarían injustamente fuera de esa lista de ilustres desconocidos. Además de Cortés y los dos Raúles que salen en los papeles por los follones que suelen tener en sus áreas (agua y metro) es difícil encontrar a ediles enfrascados y que destaquen por el trabajo diario de la ciudad. Se salva Teresa Porras, que pese a su vehemencia y a sus puntuales excesos verbales, siempre está al pie de la calle. Ya quisiera De la Torre tener a dos o tres TerePorras en su equipo de gobierno. Hacen falta concejales con carácter, que se conocen sus distritos, sus asociaciones, sus comercios, que tomen decisiones, que sean independientes, aunque para eso es cierto que el jefe les deje esa autonomía. El alcalde tiene que reaccionar, porque los problemas se le amontonan. Tiene que conseguir que su equipo sea realmente de gobierno.

Caso raqueta una Comisión estéril

Qué gran verdad es que cuando no se quiere que se sepa algo lo mejor es crear una comisión en la que participen los políticos. Se ha vuelto a demostrar en la comisión de transparencia que lo único que tiene nítido es su nombre. No se dejó a la oposición plantear cuestiones previas, se han ocultado documentos y no se ha dado respuesta a la gran pregunta: ¿por qué hizo ese informe Promálaga cuando no estaba previsto ni contemplado que se hiciera? Es ridículo hacer este tipo de paripés, por eso lo ideal es dejar las cosas en manos de los jueces, que a la postre son los que tienen que decidir ante cualquier atisbo de irregularidad. La separación de poderes no se consagró por gusto.

Baños del Carmen. Más de lo mismo, o sea, nada

En el apartado de clásicos populares, hoy traemos los Baños del Carmen. El jefe de Costas dio todo un un chivatazo el pasado jueves al apuntar que no se había llegado a un acuerdo con los concesionarios del viejo balneario. Cómo si alguien hubiera esperado lo contrario. La cuestión es que todo sigue igual, que no se avanza. Ya se ha olvidado la idea de que la iniciativa privada sacara el tema adelante ante la situación de crisis que vive el país. Ahora parece que ya sí se puede hacer una inversión pública, pues asegura que hay un acuerdo de cofinanciación entra las dos administraciones (estatal y municipal) en el caso de que se lleve a cabo el rescate de la concesión. Es normal que ahora a más de uno le entre la risa al leer semejante trola. Es una pena que un asunto como este ya no levante ilusión entre la gente, porque se ha hablado tanto del mismo que ya provoca cansancio. Que lo dejen como está.

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