Borrar

ESTO NO ES UN ESCÁNDALO

Sólo se trata de un homenaje al Centro de Raqueta brindando al público un excelente intercambio de golpes

Teodoro León Gross

Martes, 10 de junio 2014, 13:17

El alcalde ha decidido que el escándalo del Centro de Raqueta no es un escándalo. Puede parecer surrealista, como el mítico cuadro de Magritte de una pipa titulado Esto no es una pipa, pero es lo que hay. El alcalde sencillamente ha decidido ante ese escándalo que esto no es un escándalo.

Sí, resulta deliciosamente brillante. Sólo un observador vulgar, sin altura de miras, vería en ese escándalo grosero un escándalo: el plazo del concurso para adjudicar el Centro de Raqueta concluyó en marzo de 2013, pero no se resolvió hasta diez meses después, cuando se declara ganadora a una empresa con menor puntuación. Y esa pirueta fue posible porque se le pidió un informe no vinculante a una empresa municipal ajena al procedimiento cuyo dictamen se convirtió en vinculante. No hay precedentes de informes así de Promálaga, cuyo documento además no iba firmado, ya que se rubrica diecisiete días después de resolver la adjudicación. Así pues, Ferrovial, la empresa ganadora, tiene menos puntos pero el informe no vinculante de esa empresa ajena al proceso sirve para excluir a la de mejor puntuación. Como se ve, todo es bastante normal.

Y hay más: el responsable de Deportes del Ayuntamiento ha confesado que su departamento rechazó el valor vinculante de ese informe; y su compañero, el portavoz municipal, acusa a Deportes de una valoración que sí que hacía aguas. Por supuesto este lío dentro del equipo no es un lío. Sólo se trata de un homenaje al Centro de Raqueta brindando al público un excelente intercambio de golpes, como los de Nadal con Djokovic en París.

En definitiva, usted ya sabe: Esto no es un escándalo.

De considerar esto un escándalo, el alcalde tendría que dar la cara, deshacer el concurso, cortar alguna cabeza, en definitiva enfrentarse a la realidad. Y no hay nada más irritante que eso. Sin duda mantenerse en el plano de la ficción es más confortable. Por eso el alcalde prefiere culpar a la oposición de su descrédito en lugar de indagar en las causas reales del descrédito. La culpa, parafraseando a Sartre, es siempre de otro, de la oposición o de Sevilla o del chachachá. Como Tabacalera, el tarifazo o Al-Thani, el centro de Raqueta sólo es otro capítulo más. De Teresa Porras, señalada por adjudicaciones masivas a dedo a una empresa, manipular información, deshonrar el pleno y otras gestiones bajo sospecha, el máximo punto de autocrítica del alcalde ha sido «a veces es un poco brusca en su forma de hablar». A veces. Sin duda es más atractivo ver gigantes que molinos, y ver los ejércitos de Alifanfarón y Pentapolín en vez de rebaños de carneros. No demuestra un gran realismo, pero más atractivo sí que es.

Y no le de más vueltas al asunto: esto no es un escándalo. Probablemente ni siquiera será un centro de raqueta. Si acaso un museo. Y pronto otro desastre, culpa de la oposición.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariosur ESTO NO ES UN ESCÁNDALO