Arrimar el hombro

En el argot literario se ha hablado siempre del miedo al folio en blanco (en la actualidad, sería la pantalla en blanco). En el mundo del periodismo, no llegamos a tanto, porque solo se comienza un texto cuando hay algo que comunicar, aunque por las mañanas los periodistas sepamos que nos esperan 64, 72, 80 o quién sabe si más páginas por llenar. Y, por otra parte, el escritor tiene la opción de aplazar su actividad en caso de que las musas se muestren perezosas, pero el periodista no puede permitirse ese lujo. En cualquier caso, cuando se trata de un artículo como el que el lector tiene ante sus ojos, sí puede llegar a existir la carencia de un asunto del que contar algo. En mi caso, se produce la circunstancia de que los dos últimos textos que han llegado a sus manos en esta sección de Opinión se han escrito en sendos días precedidos de noticias de alcance. Pero con el handicap de haberse producido un día antes, con lo cual la saturación de informaciones y artículos relativos a esos asuntos me ha llevado a no entrar de lleno en esos temas tan jugosos, por no saturar al lector y también por la dificultad de no poder aportar mucho a lo ya dicho. Se trata, como se habrá imaginado el que esto lea, de las elecciones europeas (abordadas de soslayo en mi atalaya del pasado martes) y de la abdicación del Rey. Por mucho que tenga la tentación de aportar algo a los ríos de tinta derramados ante noticia de semejante alcance y tan alta alcurnia, voy a intentar contarles otra cosa, aunque con una mención inicial.

¿Llegará Felipe VI con un pan debajo del brazo, como dice el refrán? Lo digo por los buenos datos del paro, con la más alta reducción registrada en un mes de mayo. Igualmente, la afiliación a la Seguridad Social ofrece cifras esperanzadoras, con el mayor incremento desde julio de 2005. A nivel provincial, Málaga encadena el tercer mes consecutivo con bajada del desempleo, con más de cinco mil menos parados que el mes anterior y con una cifra inferior a trece mil respecto a hace un año, además de reclutar casi diez mil más en la Seguridad Social en solo un mes. España va mejor, está claro, aunque falta mucho camino por recorrer. Para coger fuerza con vistas a llegar a la meta en esta carrera que nunca se acaba, el paro necesita una mayor contundencia a la hora de depender de un solo sector, como es el caso de los servicios. Porque no solo en Málaga, sino que a nivel nacional también este segmento laboral cuenta demasiado cuando se trata de rebajar las altas cifras del paro. El riesgo de la estacionalidad sigue ahí como una espada de Damocles. Aunque con cifras no tan contundentes, el paro bajó en otros sectores en Málaga. Quien quiera hablar de brotes verdes, tiene derecho a hacerlo, pero con moderación, porque queda mucho camino por recorrer. Lo importante es no dar pasos atrás, sino avanzar en esta prueba de fondo que es la lucha contra la maldita crisis. Y, sobre todo, estar bien preparados para arrimar el hombro todos a una.