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Casasola está virtualmente al 100% de su nivel y se extrema el control en todo el entorno y cauce del Campanillas. A las seis de la tarde de este viernes, alcanzaba 21,55 de los 21,72 hectómetros cúbicos de límite de llenado. Pero este tipo de embales tienen un resguardo, que, en este caso, según fuentes consultadas por SUR, rondaría los 3 hm3.
En los últimos días, los técnicos de la Consejería de Agricultura están evaluando la posibilidad de llevar a cabo un desembalse muy controlado en esta presa, ubicada en Almogía. Así lo manifestó el consejero de la Presidencia, Antonio Sanz, que basó sus declaraciones en la monitorización constante y la necesidad de no afectar a la población.
El jueves, de hecho, como informó SUR, se evaluó por la noche el asunto en una reunión técnica en la sede del 112. Incluso se habilitó el pabellón de Ciudad Jardín por si había que desalojar a vecinos de algunos núcleos de Campanillas.
De momento, no hay novedades, según fuentes autonómicas. Y los técnicos confían en el resguardo de la infraestructura, puesta en carga en 2007. Además el río Campanillas se ha mantenido todo el viernes sin alertas por crecidas. Eso sí, la zona es un continuo ir y venir de vehículos de los técnicos autonómicos y de Emasa.
El pantano tiene una capacidad teórica de 21,72 hm3, aunque ha llegó a contener 24 en 2012.
Las miras cada vez que llueve con cierta entidad están puestas en el río Campanillas, afluente del Guadalhorce por la izquierda, que, hasta que no sea encauzado, mantiene en vilo a los vecinos de esta barriada malagueña. Ocurre que la presa de Casasola, puesta en carga en 2007, es un seguro de vida para laminar las crecidas de este río, que cuenta con grandes pendientes.
La Junta llevaba días realizando obras de emergencia en la presa de Casasola. «Estamos desatorando los conductos de desagüe de fondo de la presa. Las cañas y el lodo han taponado la reja de entrada a estas conducciones», señalaron fuentes autonómicas a este diario.
La almacenada en Casasola es agua muy valiosa porque estos días, dada la turbidez del sistema Guadalhorce, del azud de Aljaima y de sus pozos asociados, Emasa está tirando del pantano de Almogía, junto a la minipresa del Tomillar, para dar agua a la ciudad. Pero es cuestión de tiempo que Casasola tenga que desembalsar, pero las decisiones, monitorizadas y controladas, se toman no sólo conforme a los niveles que marcan los planes de explotación, sino también a las previsiones meteorológicas.
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