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El atrincherado de Benalmádena que arrojó lejía a los policías y amenazaba con 'volar' su antigua oficina: condenado a cuatro años

El atrincherado de Benalmádena que arrojó lejía a los policías y amenazaba con 'volar' su antigua oficina: condenado a cuatro años

El hombre generó en sus excompañeros «una situación de absoluto temor y desasosiego» debido a los continuos mensajes en los que alertaba de que iba a atentar contra el edificio de la empresa o a secuestrar a una empleada

Martes, 25 de febrero 2025, 00:30

Todo empezó a los días de que terminase la relación laboral con su anterior empresa, situada en Benalmádena. A través de WhatsApp, sus antiguos supervisores recibieron las primeras amenazas. «Juro por mi vida que van a explotar al menos dos granadas de mano», escribió el exempleado, que reclamaba el pago de 2.500 euros. En otros mensajes, decía que iba a «volar la oficina» y que les iba a enseñar lo que era «una masacre». Dado el tono de los mensajes, su exjefa llamó al hombre ese mismo día para intentar tranquilizarlo. No lo consiguió.

Su respuesta, según ha quedado probado para la Audiencia Provincial de Málaga, fue que iba a «volar todo el edificio y que iba a secuestrar a una de las empleadas». Ha sido condenado a cuatro años de cárcel por varios delitos, entre los que se incluyen las reiteradas amenazas a su antigua empresa, que continuaron durante dos meses. Las mismas, de acuerdo con la sentencia, a la que SUR ha tenido acceso, generaron en los empleados y responsables «una situación de absoluto temor y desasosiego».

Tres días después de esos primeros mensajes, el 6 de julio de 2023, se le impuso una orden de alejamiento e incomunicación respecto a su antigua oficina. Pese a ello, el extrabajador continuó hostigando a sus excompañeros, hasta tal punto que hasta los Tédax se tuvieron que movilizar debido a sus amenazas.

Ocurrió a primera hora del 2 de agosto, tras mandar un mensaje al teléfono corporativo de la empresa en el que decía que, si no le pagaban 2.500 euros, haría explosionar unos artefactos que previamente había instalado en el inmueble. Aquel aviso dio lugar a un dispositivo en el que la Policía Nacional tuvo que desalojar el edificio e inspeccionar el mismo

Solo unos días después, también fue interceptado por los agentes cuando se dirigía a la sede de la entidad. De igual manera, entre las 03.30 y las 09.30 horas del 11 de agosto estuvo mandando mensajes en los que aseguraba que algunos de sus excompañeros «perderán la vida» si volvían a denunciarlo y que, en caso de que no le dieran el dinero que reclamaba, «traeré el infierno a vuestra puerta». La actitud reiterada del hombre ocasionó en los empleados y responsables de la empresa «una situación de absoluto temor y desasosiego», de acuerdo con los magistrados.

El 12 de agosto, según ha quedado probado, también amenazó al coordinador de repartos a domicilio de un restaurante de comida rápida cuando fue a su domicilio para solucionar un problema con el pago de un pedido. Por debajo de la puerta, le dejó varias notas en las que decía que tenía una pistola, al tiempo que gritaba expresiones como: «te voy a matar a ti y a tus hijos y a tu madre, te voy a cortar la cabeza».

Lejía a los policías

El hombre fue arrestado en la madrugada del 14 de agosto en un importante despliegue de la Policía Nacional. Sobre la 01.45 horas, varias personas dieron la voz de alarma al ver a un individuo con un cuchillo de grandes dimensiones y una máscara merodeando por una zona de viviendas turísticas, tal y como informó entonces SUR. El sospechoso, se atrincheró a continuación en uno de estos apartamentos y amenazó con provocar la explosión del inmueble, además de lanzar varios objetos contundentes desde la terraza a la vía pública.

Tras los avisos recibidos y debido a la resistencia que opuso el hombre, se estableció un amplio dispositivo policial que duró alrededor de cinco horas, hasta que efectivos de los GOES lograron acceder a la vivienda y reducir al autor. Previamente, el procesado arrojó por la ventana contra los agentes un recipiente de agua y lejía -aunque pudieron esquivarlo-, cuchillos, pesas y un microondas que ocasionaron daños en un Audi que había estacionado en la calle.

La Audiencia Provincial ha condenado al hombre como autor de un delito continuado de amenazas, otro de atentado a la autoridad, un tercero de amenazas -este, en relación con el repartidor-, un delito de daños y, por último, uno continuado de quebrantamiento de medida cautelar. En este caso, el acusado reconoció su culpabilidad al llegar a un acuerdo con la Fiscalía, lo que supuso una rebaja de la pena inicial que se le pedía. Además, el tribunal ha apreciado que concurre la circunstancia atenuante, eximente incompleta, de alteración psíquica.

En total, tendrá que cumplir cuatro años de cárcel, con la medida de seguridad de internamiento para tratamiento psiquiátrico por este tiempo. Asimismo, se le ha impuesto una multa de 3.600 euros y otra de 4.500. De igual manera, tendrá que indemnizar a la propietaria de la casa en la que residía por los destrozo ocasionados, que ascendieron a 5.288 euros, al dueño del coche dañado en 1.894 euros y a la comunidad de vecinos en 187 euros.

Se trata de una sentencia firme contra la que ya no cabe interponer recurso alguno.

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